"Crecí en una casa llena de gente, acostumbrada a recibir invitados. Disfruto de cocinar, compartir y agasajar. Estudié en el Colegio de Gastronomía Gato Dumas y, ya con trabajo, viví un año en Argentina, donde aprendí pastelería con Osvaldo Gross. Cuando regresé, cocinaba a pedido desde mi casa. Empecé a vender cada vez más. al límite cuando recibí 300 pedidos de tortas en un mes, por lo que en 2013 decidí abrir un local y nació Pecana. Ofrecemos almuerzo y merienda, pedidos, desayunos a domicilio, eventos dentro y fuera del local, clases de
cocina y una pequeña tienda: me gusta que la gente pueda disfrutar de toda la experiencia Pecana. Emprender implica un trabajo inmenso, pensar 24 horas en el proyecto, por lo que es clave delegar. Las relaciones humanas son un gran desafío: tanto con el cliente como en la interna de la organización. En un
restaurante el trabajo es necesariamente en equipo. Hay que tener el ánimo necesario para impulsar la organización y poder llevarla adelante".