Potencias de ONU quieren saber posición uruguaya en temas clave

El Consejo de Seguridad de la ONU está integrado por 15 miembros: cinco permanentes que cuentan con capacidad de veto y otros diez que son rotativos cada dos años. China, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia son los miembros permanentes y, según dijo el martes en el Parlamento el embajador Elbio Rosselli, que será el representante del Estado uruguayo en el organismo, los ministerios de Relaciones Exteriores de las potencias mundiales ya sondearon a los embajadores uruguayos en sus países para conocer con "detalle" cuáles serán las posiciones que tome Uruguay en uno de los organismos más relevantes de la comunidad internacional.

"La complejidad y vastedad de los temas actuales nos lleva a advertir que no veremos el trabajo de una sola persona, de una estrella fulgurante, sino de un equipo que está jugando desde hace un par de años en la cancillería, de un equipo que está instalado en Nueva York, de un equipo que integrarán los embajadores del Uruguay en los distintos países representados en el Consejo de Seguridad, en particular en los cinco permanentes", dijo Rosselli ante la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores.

"Algún colega ya nos ha hecho saber que de la cancillería local lo contactaron porque quieren saber tal detalle de lo que Uruguay va a hacer o no. Reitero que el trabajo de equipo es fundamental, tal como se ha venido haciendo y se continuará realizando", agregó.

La delegación uruguaya en Nueva York será de 16 personas y además se apoyará tanto en Montevideo como en las embajadas uruguayas ubicadas en cada uno de los cinco países permanentes.

Cuando el 15 de octubre Uruguay logró los votos para ingresar al organismo, el canciller Rodolfo Nin Novoa adelantó en una conferencia de prensa que vendrían "presiones" e "intereses políticos" que Uruguay manejará con "ecuanimidad y justicia".

En el Parlamento, Rosselli reafirmó el mensaje del canciller y dijo que la delegación uruguaya se apegará al derecho internacional.

En la misma comisión parlamentaria, el senador de Asamblea Uruguay y exministro de Transporte, Enrique Pintado, también se refirió a las presiones que recaerán sobre Uruguay.

"¡Ojalá al final del período podamos decir que fue una buena decisión! A veces estar en estos organismos representa un dolor de cabeza porque implica una permanente tensión a la hora de adoptar decisiones, que siempre tienen consecuencias de acuerdo con el camino que uno tome", dijo.

En tanto, esta semana Roselli admitió que embajadores uruguayos radicados en el exterior ya fueron sondeados por las potencias sobre la línea de política exterior prevista por Uruguay para el organismo.

Francia fue uno de los que movió primero cuando días después de la votación llegó a Uruguay un emisario del gobierno galo para conocer de primera mano los pareceres de los jerarcas uruguayos.

El titular de la Dirección de Naciones Unidas del Ministerio francés de Asuntos Extranjeros y de Desarrollo Internaciona, Jean-Pierre Lacroix, reconoció en diálogo con El Observador que su visita se enmarcó en la próxima participación de Uruguay en el Consejo de Seguridad de la ONU. "Esperamos mucho de Uruguay", dijo.

Mientras integrantes del gobierno uruguayo reconocen que la exposición en el cargo generará presiones, algunas de las posiciones ya adelantadas, como el la actitud contra el grupo terrorista Estado Islámico, generó debate en la interna del Frente Amplio.

En el marco de la visita del presidente Tabaré Vázquez a Francia la semana pasada, Nin Novoa expresó el compromiso de Uruguay en el combate a los terroristas del Estado Islámico.

Entre otros dirigentes del oficialismo, el expresidente José Mujica (2010-2015) mostró su desacuerdo. "Uruguay no tiene que meterse ahí. Los responsables de ese conflicto son los que lo tienen que arreglar", dijo a El Observador.

La única vez que Uruguay estuvo en el organismo fue en 1965. El exembajador en EEUU durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti (1995-2000), Alvaro Diez de Medina, escribió el lunes 2 de noviembre una columna de opinión en El Observador donde reveló que en 1997 el Departamento de Estado de EEUU sondeó a la embajada uruguaya en Washington la posibilidad de proponer la candidatura del país a integrar el Consejo de Seguridad de la ONU.

"No le tomó al presidente Julio María Sanguinetti sino minutos el rechazar la oferta: el precio de presentar ante la opinión pública uruguaya un supuesto logro internacional de su administración sería el de someter al país a incesantes presiones, inquinas, trapisondas y, sobre todo, incursiones en imprevisibles conflictos siempre ajenos al interés nacional, y no estaba dispuesto a pagarlo", sostuvo.

En la primera presidencia de Sanguinetti (1985-1990) también fue ofrecido a Uruguay participar del organismo pero el expresidente lo rechazó.