Promesas de Vázquez generan dudas en su equipo de gobierno

El listón que puso el mandatario para dos de las principales preocupaciones de la ciudadanía como la seguridad (bajar 30% las rapiñas) y la educación (100% de menores de 17 años en el sistema educativo antes de 2020) es inédito en Uruguay. Con antecedentes que tampoco son favorables, distintos especialistas en cada uno de los temas dan como un hecho que las promesas serán incumplidas. En tanto, en la oposición se frotan las manos para jugar su partido si hay fracaso.

Otra de los compromisos fue sobre la inflación. El presidente prometió bajarla a 5% en los primeros 18 meses de gobierno. Tanto él como el ministro de Economía, Danilo Astori, anunciaron que el guarismo estará en el centro del rango meta fijado para entre 3% y 7%. Sin embargo, ni siquiera el más optimista de los analistas económicos consultados en febrero por el Banco Central en una encuesta visualizó ese escenario para agosto de 2016.

Pero además de las propuestas que Vázquez lanzó a iniciativa personal en la noche del 1º de junio de 2014 tras triunfar en la interna, hay otros puntos que son programáticos y sobre los cuales distintos sectores de la izquierda no negocian. Uno de los casos es el 6% del Producto Interno Bruto para el presupuesto educativo. En el gobierno advierten que el avance será gradual y que el aumento irá acompañando la marcha del quinquenio. Pero los docentes lo reclamarán desde la primera hora.

A la expectativa sobre el presupuesto de la enseñanza se le suman las dificultades previstas por la ministra de Educación, María Julia Muñoz, para alcanzar la asistencia universal a centros educativos para menores de 17 años que comprometió Vázquez.

En el área educativa, el presidente debió modificar –en plena campaña– también una de sus ideas originales de entregar vouchers, bonos o becas a estudiantes para que puedan asistir a instituciones privadas. La iniciativa le abrió a Vázquez un flanco pocos días antes de los comicios, con críticas desde la izquierda y el Partido Nacional (PN).

Tras una andanada de críticas, relativizó la herramienta. Durante una entrevista con Más Info de Televisión Nacional afirmó que la utilización de vouchers serán “casos excepcionales”. “Serán 20 o 30 casos. No podemos razonar por la excepción sino por la generalidad”, dijo el 23 de octubre.

Meta ambiciosa
En materia de seguridad pública, ningún período de gobierno desde el retorno democrático pudo bajar las rapiñas. Según datos procesados por el Equipo de Datos de El Observador, en 1985 hubo casi 1.600 y en 2013 diez veces más, por efecto de esa acumulación.

Si se cumpliera la promesa de Vázquez, las rapiñas descenderían de casi 20 mil a 13 mil por año y volverían al nivel de su último año de gobierno.

Aunque Bonomi ratificó el compromiso durante su asunción, Vázquez no mencionó la cifra durante la cadena nacional emitada en la noche del 1º de marzo. “Existe un fuerte compromiso en reducir drásticamente el delito de rapiña y se continuará con la lucha frontal al narcotráfico, al lavado de activos y a los delitos precedentes como la corrupción”, afirmó.

Por otra parte, una de las herramientas utilizadas por distintos gobiernos para controlar la inflación es bajar las tarifas públicas pero los analistas advierten que el déficit fiscal de 3,3% impide al gobierno aplicar esa estrategia.

Otro instrumento para atenuar la inflación es el tipo de cambio, pero los expertos advierten una tendencia al alza del dólar (10% en el último año) y tampoco esperan que baje de $25. Además la divisa sube a ritmo más acelerado en Brasil (15%) y Europa (12%), lo que llevaría a una pérdida de competitividad en caso de contenerlo.