"¿Así que las ciudades son dinámicas Di Candia? ¿Por qué no vamos a dinamizar tu casa Di Candia?", lanzó un hombre alto, rapado y de barba anoche en la reunión que jerarcas municipales mantuvieron en un salón del palacio municipal con vecinos de zonas donde funcionan boliches nocturnos, preocupados por ruidos molestos que genera esa actividad. El planteo fue el más tenso de todos y calificado luego por el prosecretario de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), Christian di Candia, como propio de una "barricada". Ese vecino, que dijo sufrir las consecuencias de la actividad nocturna de un boliche ubicado justo al lado de su casa, acusó a las autoridades de darle poder a los empresarios de esos centros y desproteger a las personas en su derecho al descanso.
"El sueño es una necesidad biológica", decía un cartel casero que sostenía una vecina participante de la reunión, a la que también asistieron los alcaldes Carlos Varela (Centro y Cordón) y Andrés Abt (Pocitos y Punta Carretas).
Otra señora, sentada justo enfrente al prosecretario de la IMM, le preguntó si él era capaz de dormir y descansar -sin tener que tomar pastillas- con un boliche junto a su casa que generaba 60 decibeles de ruido todas las noches. Di Candia tragaba saliva ante ese y otros planteos como intentando mantener la calma, hasta que en un momento planteó que la reunión no se había convocado para hacer una "colección de denuncias".
Pasada la intervención tensa del vecino que se dirigió directamente a Di Candia, quien también aseguró que las autoridades venden "humo" con el tema ruidos molestos, más personas contaron sus experiencias y reclamaron soluciones. Entre otras cosas hubo planteos para que boliches sean cerrados y se genere una zona exclusiva de esparcimiento nocturno, lo que fue descartado por la IMM.
"Es una impunidad tan grande que te dan ganas de morirte", aseguró una señora de pelo negro enrulado. "No pueden haber boliches frente a escuelas", continuó otro vecino.
Al inicio, Di Candia había enumerado las medidas que aplicará la IMM para intentar solucionar el problema. A mediano plazo se cambiará la normativa para que sean claras y se cumpla con las habilitaciones y las clausuras en caso de corresponder. En lo inmediato, se instalarán sensores de sonido en las zonas de boliches para generar información que permita luego tomar medidas. Además, como se había anunciado, se establecerá una hora límite para el ingreso a los boliches (1 am de domingo a jueves y 3 am viernes y sábado). Con esa medida se buscan acotar los ruidos "sociales", es decir, de personas en las veredas antes de entrar a los locales. "Queremos cortar con el circuito de boliche en boliche y el fenómeno de la puerta que genera más ruido", comentó el prosecretario. También se acotará el horario de funcionamiento de las mesas en veredas y definirán los lugares para que las personas salgan de los boliches a fumar.
Según las autoridades, en Montevideo hay 500 boliches registrados, de los cuales 80 tienen prohibición de funcionamiento y 20 están clausurados.
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