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Salamanca: las calles del 1200 español

Salamanca combina actividades históricas, en un milenario casco que lleva al turista a un viaje en el tiempo con la vitalidad de una ciudad universitaria
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25 de diciembre de 2016 a las 05:00
Salamanca es una ciudad de contrastes. Por un lado, caminar por sus calles en tonos de marrón transporta a 1218, año en que fue fundada la universidad que la hace famosa. Por otro, su carácter de ciudad universitaria colma sus pasadizos y callejones todas las noches de jóvenes y viajeros que buscan vida nocturna en alguno de los más de cien pubs que hay por todo el casco histórico.

Conocida como la ciudad madre de las ciencias, Salamanca está formada por cientos de edificios patrimoniales, calles y callejones, lo que hace muy difícil el paso de vehículos de transporte tanto público como privado. Si elige Salamanca como destino, asegúrese de poner en la valija ropa cómoda y calzado como para soportar calles empedradas y empinadas todo el día.

¿Qué ver?

Si se va con el itinerario dedicado completamente a recorrer Salamanca, esta puede abarcarse en uno o dos días, pero eso si no se pierde entre las callejuelas que forman el laberinto de la ciudad (lo cual es muy fácil por su parecido a un camino de trampas).

La Plaza Mayor es un excelente punto de partida para comenzar a recorrer. Además de ser muy pintoresca, de ella surgen todas las calles que llevan a los distintos puntos de interés de la ciudad, y es muy fácil volver si quiere empezar de vuelta, o parar por una bocata de jamón ibérico para reponer energías.

Alrededor de la plaza pueden encontrarse diferentes edificios históricos a los que vale la pena entrar –algunos de forma libre y otros a un pequeño costo– para realmente hacer un viaje en el tiempo. Uno de ellos es la catedral. En un mismo edificio puede encontrar la nueva (de 1733), a nivel de la superficie, y la antigua (de 1236) bajando al subsuelo. Si dispone de tiempo, el mirador de la catedral le ofrecerá una impactante panorámica de la ciudad.

Otros edificios interesantes por su historia son la casa de las Conchas, la Casa Lis, la Universidad de Salamanca y su biblioteca, y la Cueva de Salamanca.

Vida nocturna

La noche es otro de los fuertes de la ciudad. En casi todas las calles hay algún tipo de bar o pub que pueden ir desde los más tradicionales con menúes ibéricos, a los irlandeses, tecno o punk.

Estudiantes de intercambio suelen hacer el llamado "recorrido de los 100 bares de Salamanca". Quien termine la noche con más bares visitados es el ganador.

Uno de los más icónicos es la Chupitería, en la Plaza de Monterrey, donde se puede conseguir una gran variedad de shots por precios que van desde un euro.

Paseos alternativos

Si agotó Salamanca y todavía le quedan algunos días de paseo, con pasajes de ómnibus que van desde los cinco euros podrá recorrer otras pequeñas ciudades cercanas. Ávila, una ciudad amurallada, se visita en solo dos o tres horas. En La Alberca, a 70 kilómetros de Salamanca, podrá ver una ciudad construida por los romanos.

Otras ciudades históricas que valen la pena son Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes y Segovia.
Si bien Salamanca queda a solo dos horas de Madrid –una parada inevitable para los turistas– estos otros paseos lo llevarán a conocer la verdadera esencia ibérica de España y su historia.

LAS CLAVES

Leyenda. La fachada de la Universidad de Salamanca está labrada con muchísimo detalle. Se dice que quien encuentre la figura de la rana será exitoso en sus estudios universitarios.

Beneficios. La Salamanca Card es una tarjeta que puede obtenerse en una de las oficinas de información turística (en Plaza Mayor, por ejemplo), y ofrece beneficios y descuentos en algunas atracciones de la ciudad.

Música local. Aquellos visitantes podrán –con un poco de suerte– cruzarse en algún bar con la tuna de la Universidad de Salamanca, un grupo de músicos vestidos en atuendos tradicionales que incluyen en su repertorio canciones del folclore hispano.

Literatura. Salamanca está bordeada por el río Tormes. Si este nombre le suena es porque habrá leído el Lazarillo de Tormes durante sus años escolares. Al lado del puente romano de la ciudad se encuentra un monumento del personaje literario.

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