Las declaraciones de Leonardo Fariña, financista y ex "valijero" en la denominada ruta del dinero K, han desatado sobre
Argentina una tormenta judicial, que a su vez impulsa nuevas presiones sociales. La imputación de la expresidenta
Cristina Fernández de Kirchner se ha transformado en un catalizador de presiones partidarias en Argentina, en el marco de una situación judicial que ha arrastrado a la exmandataria a cuatro causas diferentes vinculadas, entre otras cosas, a presunta defraudación.
Cristina
Kirchner llegó a Buenos Aires en la noche de ayer, ya que deberá comparecer mañana ante el juez federal Claudio Bonadío, quien la citó por operaciones cambiarias del Banco Central realizadas en los últimos meses de su mandato. Sin embargo, su declaración puede frustrarse si avanza un pedido de recusación presentado por otro de los involucrados en la causa contra Bonadío, un juez al que la mandataria intentó destituir acusándolo de imparcialidad. La Cámara Federal debe resolver ahora si acepta la petición y, de ser así, debe definir un nuevo magistrado por sorteo y las indagatorias se reprogramarán para más adelante. Esto podría resolverse, a más tardar, mañana, día de la citación de Cristina Kirchner.
La citación de la presidenta ha movilizado a sus seguidores, que a través de las redes sociales han convocado a apoyarla masivamente en las calles, algo que ya hicieron ayer por la noche cuando Kirchner arribó a Buenos Aires tras su estadía en El Calafate, lugar donde se recluyó luego de dejar la presidencia.
A su vez, los sectores kirchneristas han convocado a una vigilia para la noche de hoy, en la que se reunirán bajo la consigna de "Si la citan a ella, nos citan a todos". Además, prevén una serie de manifestaciones para mañana, de manera de apoyar a su líder durante las declaraciones ante Bonadío.
El dirigente kirchnerista Luis D'Elia también se adihiró a las convocatorias en favor de la expresidenta, luego de manifestar en su cuenta de Twitter "Todos a las calles, Cristina es Perón".
Las Offshore de Macri
El juez Sebastián Casanello comenzó ayer a tomar declaraciones a los testigos por las firmas offshore en las que el presidente Mauricio Macri aparecía como presidente y vicepresidente.