Senador del MPP admite que hay pobres que no quieren trabajar

Noche de jueves en el Parque Rodó. Afuera la lluvia. Adentro, una veintena de sillas de plástico ubicadas en ronda en la sala Líber Seregni de la Coordinadora B del Frente Amplio esperaban por la llegada del senador del MPP, Ernesto Agazzi. Con el pretexto de hablar sobre la "actualización ideológica" de la izquierda, el invitado a la reunión semanal del comité de base 28 de febrero de 1971 cambió el chip de la puja parlamentaria de todos los días y teorizó ante los militantes sobre la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad.

"Cualquier uruguayo que nos vea hablando de esto dice que estamos locos. ¡Tendrían que estar hablando de las comisiones investigadoras y de ANCAP!", fueron las primeras palabras de Agazzi en el local ubicado en Juan Paullier casi Maldonado.

En la charla el legislador admitió como un fenómeno social del último tiempo que "en muchos sectores excluidos" hay personas con posibilidades y ofertas de trabajo que prefieren quedarse en su casa. Justificó su tesis en la "limitante" que significó la niñez de esos ciudadanos, donde faltaron determinados hábitos culturales.

El dirigente del sector mayoritario en el oficialismo y coordinador de la bancada de Senadores del FA afirmó que el Estado debe poner en práctica "políticas específicas" para asegurarle la libertad a "el tipo que quiere tener un horario libre y quiere consumir lo que tiene ganas".

"¿Con un peso más en el bolsillo somos distintos? Capaz es más fácil tener un peso más en el bolsillo que construir la igualdad social. O sea que una persona que tiene la posibilidad de conseguir trabajo pueda aprovechar esa oportunidad si hay trabajo. Lo que se está demostrando ahora en la sociedad es que hay sectores que tienen la posibilidad de conseguir trabajo pero en realidad no pueden aprovechar esa oportunidad porque la limitante ha sido su niñez", dijo

"Y eso nos está pasando con muchos sectores excluidos. Ahora es un fenómeno del que se puede hablar. No están de acuerdo con ir a trabajar. Les cambiaría la vida de una manera tan drástica... tienen que estar a tal hora, tienen que aguantar un patrón; (dicen) 'dejate de joder, si yo estoy bien así y la voy llevando. En mi casa paso bien'. ¿Quién lo va a obligar a que trabaje? Ese es un problema que no se arregla con más justicia económica. Y tampoco si se lo da el gobierno ¿Hacia dónde va la libertad? El tipo quiere tener un horario libre y quiere consumir lo que tiene ganas. Esto antes no nos lo planteábamos pero ahora lo tenemos arriba de la mesa y hay que tener políticas específicas para que esa gente avance en libertad y en derecho. Porque ahí se entra en qué es una necesidad. Eso es personal y profundo", agregó.

El legislador planteó el debate sobre la visión "un poco economicista" de la sociedad. "Los derechos no son la esencia sino que son derivados de la capacidad que cada uno tiene para acceder", dijo.

De todos modos, también criticó la costumbre cultural que a su juicio ve en los uruguayos de exigir que el Estado resuelva los problemas de cada ciudadano. "¿La cultura que queremos construir es que haya alguien que nos resuelva nuestros problemas o es que nosotros queremos ser actores para lo cual también tenemos obligaciones de aportar lo que podamos y no esperar que lo construya otro? Pero decir esto es medio como agresivo", cuestionó.

El pasaje del exministro de Ganadería por el comité de base también dejó consejos ambientales. Agazzi solo interrumpió su exposición cuando promediando la disertación ingresó al local un militante de unos 70 años con una chismosa. "Buenas noches, adelante. Usar la chismosa es mucho mejor que usar la bolsa de nailon. Es ambientalmente sostenible", le dijo el senador al hombre, y continuó con su disertación.