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Sindicato de la bebida analiza denuncia penal contra funcionario militar que se infiltró durante 20 años

Fue suplente de Richard Read, y también dirigente del Partido Socialista
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24 de julio de 2017 a las 11:45

El sindicato de la bebida (FOEB) está analizando con sus abogados iniciar acciones penales contra un funcionario de inteligencia militar que se infiltró en este gremio y en el Partido Socialista entre 1983 y 2000, y cuya actividad quedó al descubierto en los llamados archivos Berruti. Estos documentos, que fueron hallados en octubre de 2015, en la casa del coronel fallecido Elmar Castiglioni, cuentan con información de actividades de inteligencia desde 1985 hasta 2001, en plena democracia.

En octubre del año pasado, en una nota con el título "El espía compañero", el periodista Samuel Blixen, a partir de información de ese archivo (denominado Berruti en referencia a la ex ministra de Defensa, Azucena Berruti), dio cuenta del "agente 03-E" -a quien se denominaba "Leandro"-, un infiltrado militar que proporcionaba información sobre políticos y el Partido Socialista.

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En ese artículo se cuenta cómo el agente "Leandro" filtró información de una asamblea en particular de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB).

Al leer esa nota, el dirigente histórico de la FOEB, Richard Read, pudo identificar al infiltrado, según publicó este domingo el diario El País. El factor crucial para la identificación fue una transcripción realizada en Brecha. "Fui yo y se retiró Richard", fue la frase clave. Sólo una persona podía haber quedado en el lugar de Read: su suplente.

Este lunes, Read dijo en el programa Inicio de Jornada de Radio Carve, que los abogados del gremio están analizando si existe una figura delictiva para llevar el tema a la justicia Penal. Actualmente estos archivos son analizados por una comisión investigadora en el Parlamento, que es presidida por Gerardo Núñez (PCU). Para Núñez los documentos tienen "muchos elementos violatorios de la Constitución y de las leyes, lo que ya es merito por sí solo para un pasaje a la Justicia".

Read dijo en Carve que nunca sospechó del presunto espía –cuyo nombre prefirió no revelar-, aunque ahora "con el diario del lunes se pueden atar cabos". "Laburó para el estado hasta el 2005 (cuando se jubiló, según informó El País), cobraba un sueldo. El tema es mucho más grave que una anécdota de que hay de alguien infiltrado como tantos ha habido y todavía hay", opinó.

"¿Los mandos no sabían? ¿Cuál era la devolución para cobrar salario?, ¿Marcaba tarjeta? Alguien sabía. Estos buchones no son entes autónomos", agregó el dirigente. "Después de tanto años cuando se hablaba de que había una democracia tutelada, era una democracia tutelada. Me parece muy sano para las nuevas generaciones que quede claro" concluyó.

Read recordó una actividad del gremio que fue realizada el 7 de diciembre de 1982, en la que lograron reunir a 300 personas en la calle. Esa misma tarde, él y otros dirigentes, entre los que se encontraba el militar infiltrado, fueron detenidos. Si bien Read había acordado con los otros dirigentes que ante los militares el único responsable de la marcha sería él, el dirigente de la FOEB contó que pudo escuchar como el que ahora reconoce como espía daba los nombres de todos los que participaron de la actividad.

Por su parte, el dirigente del Partido Socialista, Eduardo Fernández, recordó en el programa Todo Pasa de Océano FM el día que conoció al presunto espía. "Lo conocí junto a Richard Read y varios dirigentes del sindicato de la bebida que fueron a Aebu para asesorarse a los efectos de constitutir lo que en aquel momento la dictadura no permitía que era la asociación laboral de trabajadores en la Fábrica Nacional de Cervezas".

Con los años el contacto entre Fernández y el espía fue creciendo al punto de que lo visitaba en la casa, conoció a su esposa e hija, y por lo tanto "no tenía razones para desconfiar".

Recordó que no había ocultado su pasado en el ejercito, aunque dio versiones contradictorias sobre por qué ya no pertenecía a él. Así, mientras que a Fernández le dijo que fue dado de baja por robar documentos para organizaciones clandestinas, a Read y a otros dirigentes del sindicato de la bebida les había contado que estuvo detenido por irregularidades administrativas.

"¿Qué era lo que podíamos desconfiar, si no teníamos nada que ocultar?", dijo Fernández.

El País dio cuenta de que "Leandro" se jubiló en 2005, por resolución del Ministerio de Defensa, tras 41 años de servicio (ocho en "servicios militares simples" y 33 en "servicios civiles").

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