El Consejo Nacional del Ministerio Público, órgano que supervisa a las fiscalías, suspendió la declaración ante la Justicia que el expresidente Luiz Inácio
Lula da Silva tenía prevista para ayer por supuesto blanqueo de dinero. Se dará al indagado más tiempo para preparar su defensa.
El exmandatario tenía que declarar como investigado a las preguntas de la fiscalía, que lo investiga a él y a su esposa Marisa "por lavado de dinero que incluye el delito de ocultamiento de patrimonio".
La Fiscalía sospecha que el matrimonio es dueño de un apartamento en un edificio en Sao Paulo. El inmueble está registrado a nombre de la constructora OAS, implicada en el escándalo de Petrobras. La policía sospecha que OAS distribuía, como coima, pisos de ese edificio entre los políticos que amparaban los desvíos de la firma.
Uno de los apartamentos estaba reservado por la familia de Lula y llegó a ser objeto de reformas hechas por OAS, que hoy figura como su propietaria legal.
Lula admitió que su esposa adquirió una participación con vistas a una posible adquisición, pero que desistió de ella y pidió que le devolvieran el dinero, cosa que no ocurrió.
La declaración se suspendió a petición de un diputado del PT que cuestionó la actuación del fiscal encargado Cassio Conserino, quien declaró a la prensa que habría "indicios" para acusar a Lula, cuando el proceso está recién en fase de recopilación de pruebas.
"Con ello, (el fiscal) demuestra que actuó sin el equilibrio requerido por la función de quien investiga, violando así la conducta requerida por un miembro del Minsiterio Público", criticó el parlamentario, en un comunicado difundido por el PT.
La suspensión de la audiencia no evitó que se reunieran manifestantes desde la mañana frente al Ministerio Público de Sao Paulo, donde hubo enfrentamientos entre quienes estaban a favor y en contra de Da Silva.
Lula protestas
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AFP/ Nelson ALMEIDA
Los dos grupos, que inicialmente estaban separados por vallas, intercambiaron insultos y se lanzaron objetos -conos, botellas de agua, huevos, frutas e incluso una bandera del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), formación a la que pertenecen Lula y la presidenta brasileña,
Dilma Rousseff-. Al menos hubo una mujer herida por una pedrada.
En defensa del exmandatario había personas vinculadas a la Central Única de los Trabajadores y al PT. En el otro bando había banderas de
Brasil y algunos carteles que pedían la intervención militar.