Hace siete meses le dieron la peor noticia de su vida: un control antidopaje le daba positivo y se encaminaba a una sanción. Sin embargo, horas después supo que la cosa era muchísimo peor: el control le había dado un nivel anormal de hormonas porque lo que tenía en realidad era un cáncer testicular, y debía operarse y comenzar un tratamiento de forma urgente.
Así, Marcelo Tabárez tuvo que enfrentar la pelea más difícil de su vida, con un tratamiento que duró varios meses. Este miércoles, tuvo su revancha, cuando ingresó como titular en el partido de la tercera división de Danubio ante Nacional en Jardines.
Allí estuvieron buena parte de sus compañeros de Primera, quienes lo aplaudieron y emocionaron con la nueva oportunidad que tuvo el futbolista.