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Temer está bajo sospecha y Lula emerge como favorito para 2018

Entre acusaciones de corrupción, presidente reunió a su entorno y canceló actividad con empresarios
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13 de diciembre de 2016 a las 05:00
Mientras la tensión y la agitación política parecen no encontrar su techo en Brasil, y todas las miradas sobre eventuales sospechas de corrupción convergen ahora sobre la figura del presidente Michel Temer, el exmandatario Lula da Silva parece beneficiarse de esa coyuntura al emerger como uno de los favoritos para ganar las elecciones de 2018.

El síntoma más claro de la crispación política que afecta al gigante regional fue la decisión de Temer, ayer, de iniciar conversaciones con su base política para "mantener la unidad", en un momento en que los escándalos de corrupción parecen afectar, ahora sí definitivamente, al mandatario y su entorno más cercano.

La preocupación del gobierno es tal que Temer canceló ayer lunes su prevista participación en un seminario con empresarios que se realizaba en San Pablo para atender en forma personal el agravamiento de la crisis política.

En el encuentro con sus legisladores, Temer les pidió que se concentraran en la "agenda económica", en un intento por calmar a los mercados y contener la nueva crisis generada por las denuncias de corrupción.

La nueva versión de un escenario que dominó a Brasil en los últimos meses surgió el fin de semana, con unas afirmaciones divulgadas por la prensa y atribuidas a antiguos ejecutivos de la constructora Odebrecht que acordaron colaborar con la Justicia a cambio de la reducción de penas.

Una de ellas sostiene que Temer intervino personalmente, pidió y consiguió de la empresa 10 millones de reales (unos US$ 3 millones) para la campaña electoral de 2014, en la que fue compañero de fórmula de la expresidenta Dilma Rousseff, a la que sustituyó en agosto tras un largo proceso de juicio político.

Las denuncias también alcanzan a distintos miembros de su entorno político, entre quienes figuran el ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha, y el secretario a cargo del plan de privatizaciones, Wellington Moreira Franco.

Pero también comprenden al senador Romero Jucá, jefe del oficialismo en la cámara alta e importante articulador parlamentario –que a mediados de año debió renunciar al Ministerio de Planificación por el escándalo en Petrobras–, así como a otro medio centenar de dirigentes de partidos que forman parte de la base política de Temer. Entre estos se encuentra el presidente del Senado, Renán Calheiros, a quien la Fiscalía acusó ayer de corrupción (ver recuadro).
Popularidad en baja
En la actual coyuntura, el 63% de los brasileños pretende que Temer renuncie antes de fin de año y se produzca una elección presidencial directa.

En esta encuesta realizada por Datafolha el 7 y 8 de diciembre, la popularidad de Temer está en caída libre frente al pesimismo provocado por la crisis económica que afecta al país.
Para el 65% de las personas interrogadas, la situación económica "empeoró" en estos últimos meses.
Hoy, solo 10% de los brasileños juzga que la gestión del presidente es buena, contra 14% en julio, mientras que 51% la rechaza, contra 31% en julio. Además, 34% lo estima "pasable" y 5% "no tiene opinión".La gestión de Temer es "peor" que la anterior para el 40% de la población, mientras que 34% la juzga "idéntica" y 21%, "mejor".

Según Datafolha, el pesimismo en la economía y la caída de popularidad de Temer sobrevienen luego de una seguidilla de crisis y, en particular, tras la dimisión de seis de sus ministros, de los cuales cuatro lo hicieron por corrupción.

Temer, de 75 años, sucedió a Rousseff, destituida a fin de agosto por el Senado acusada por haber manipulado cuentas públicas y tras una larga crisis política histórica que puso fin a 13 años de gobiernos de izquierda del Partido de los Trabajadores (PT).

La resurrección de Lula


En medio de ese clima de agitación política, el expresidente Lula da Silva, en la primera vuelta, y su exministra Marina Silva, en la segunda, lideran las opciones de voto para las elecciones presidenciales de 2018, según el sondeo de Datafolha divulgado ayer.
Todos los escenarios de la primera vuelta están encabezados por Lula (presidente entre 2003 y 2010), seguido por Marina Silva, que fue su ministra de Medio Ambiente hasta que rompió con el PT.

En el primer escenario, Lula tiene 25% de intenciones de voto, Marina Silva 15% y el senador de centroderecha del PSDB, Aecio Neves, que fue candidato en 2014, obtiene 11%.

Pero en una eventual segunda vuelta Lula, de 71 años, gana solo cuando no está considerada Silva, de 58, que se impone en todos los escenarios en que aparece como candidata.

En un duelo entre ambos, la exsenadora, una de las pocas figuras políticas de primer plano que hasta ahora no fue mencionada en las acusaciones de corrupción del escándalo Petrobras, se impondría por un margen de 9 puntos (43% a 34%). A Aecio Neves le sacaría 22 puntos de ventaja (47% a 25%).

Ambientalista, evangélica y nacida en una familia pobre en la Amazonia brasileña, Marina Silva es líder del partido Rede.

En las elecciones de 2010 y 2014, en las que resultó electa Rousseff, quedó en tercer lugar, en ambos casos con votaciones cercanas al 20%.

Durante el proceso de destitución de Rousseff, Marina Silva abogó por la convocatoria a nuevas elecciones como una salida a la crisis política.

Para que la población pueda elegir a un nuevo mandatario para terminar el mandato a fines de 2018, Temer debería renunciar antes del 31 de diciembre.

Fiscalía acusó por corrupción al titular del Senado



La fiscalía de Brasil denunció ayer lunes al presidente del Senado, Renan Calheiros, por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Petrobras, la primera acusación formal contra este poderoso aliado del gobierno en la trama de desvíos que sacude a la política brasileña.

Calheiros fue acusado junto al diputado Aníbal Gomes –también del partido de gobierno PMDB– de cobrar sobornos por 800 mil reales (unos US$ 242 mil) a la empresa Serveng a cambio de apoyo político para que esta obtuviera contratos con la petrolera estatal.

Según una nota pública de la fiscalía, la empresa de infraestructura Serveng pagó los sobornos disfrazándolos de donaciones oficiales al PMDB, cuyo destinatario final era en realidad Calheiros.

A cambio del dinero, Calheiros y Gomes "ofrecieron apoyo político para mantener a Paulo Roberto Costa en el cargo de director de Abastecimiento de Petrobras y este tomó las medidas necesarias para que Serveng participara de licitaciones en la empresa pública", afirmó la fiscalía.

Calheiros afirmó que sus cuentas electorales "ya fueron aprobadas" y que está "tranquilo" para aclarar "este y otros puntos de la investigación". El legislador es un firme aliado del gobierno, para aprobar contra reloj en el Congreso un plan de ajuste para mitigar la crisis económica

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