El ex primer ministro británico Tony Blair anunció el lunes que estaba dispuesto a involucrarse más en la lucha contra el brexit, pero su deteriorada imagen en Reino Unido parece ser un obstáculo para su regreso al ruedo político.
La hipótesis de su vuelta, a menudo alimentada por el propio interesado y reavivada desde hace dos años por las dificultades del partido laborista, liderado por el izquierdista Jeremy Corbyn, reaparece en el paisaje político británico.
"Estoy de vuelta", aseguró el defensor del "New Labour" al diario Daily Mirror en una de las numerosas entrevistas que dio con motivo del 20º aniversario de la victoria histórica de los laboristas en 1997.
Ante la perspectiva de un brexit, el ex primer ministro (1997-2007) dice estar dispuesto a "ensuciarse las manos". "Este brexit me ha motivado directamente para involucrarme más en la política", explicó el antiguo dirigente de 63 años.
Sin embargo, las modalidades prácticas de este regreso no están claras.
"No, no vuelvo a la primera línea", admitió en una entrevista para la prensa extranjera, insistiendo en su instituto, destinado a combatir el populismo y a promover "un cambio del centro".
Para Steven Fielding, profesor en la Universidad de Nottingham, Tony Blair es "una figura conocida a nivel internacional pero la gente no se da cuenta necesariamente de hasta qué punto su marca se ha vuelto tóxica. Me recuerda a Margaret Thatcher, de quien el mundo sigue elogiando su importancia después de que dejara el poder, cuando en realidad ya solo era una molestia para su partido", añadió este especialista del Labour.
Reformista obstinado y carismático, Blair ha sido uno de los primeros ministros británicos más populares de la historia, reelegido en tres ocasiones. Pero su reputación se vio irremediablemente afectada con la decisión de que su país participara en la invasión de Irak en 2003.
Desde su salida en 2007, su nivel de popularidad siguió cayendo, debido sobre todo a sus acciones lucrativas con bancos y gobiernos como el de Kazajistán.
"Su imagen está empañada de manera irreparable", señala Steven Fielding que no ve cómo Tony Blair podría un día volver a presentarse a unas elecciones.
El ex primer ministro parece ser consciente cuando confiesa al Daily Mirror: "Sé que cuando salga, me va a caer una lluvia de críticas". Por tanto "no es seguro que pueda iniciar un movimiento político". Pero tiene intención de "influir en el debate".
Blair participó en la campaña para que el país permaneciera en la Unión Europea, pero aseguró que no quiere ir en contra del pueblo británico que optó, con cerca del 52% de votos, por un divorcio con la UE en el referéndum del 23 de junio de 2016.
Sobre todo piensa militar contra la perspectiva de un brexit "duro" al cabo de los dos años de negociaciones que acaban de empezar entre Londres y la UE.
"El mercado único europeo era la Liga de Campeones en materia comercial. Un acuerdo comercial (entre el Reino Unido y la UE), sería como la segunda división. Nos relegamos nosotros mismos", advierte.
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