* Gastón Javier Villarmarzo Corbo – Cr. Público – Senior del Dpto. de Assurance en EY Uruguay.
El actual entorno de negocios, en constante cambio y cada vez más complejo, premia a las compañías que consiguen abordar nuevos desafíos y oportunidades de manera efectiva. Las empresas con una mayor apertura a la posibilidad de cambio pueden obtener una ventaja competitiva significativa adelantándose al mercado sin dejar de mantener operaciones rentables y sustentables.
Sin embargo, alinear a la Organización con un plan de cambio acordado continúa siendo una meta difícil de alcanzar. Las compañías deben ser capaces de identificar la dirección estratégica adecuada, preparar una respuesta sostenible en el tiempo y ejecutarla de forma integrada a través de toda la Organización.
El cambio se logra únicamente cuando las Organizaciones consiguen alinear a su gente de forma tal que puedan tomar en conjunto las decisiones corporativas apropiadas. En este sentido, la arquitectura de negocio proporciona la estrategia justa para obtener dicho balance.
Provee una serie de técnicas que nos permite gestionar nuestra empresa de manera activa para así poder sacar el mayor provecho de las oportunidades generadas por nuevas tecnologías, asociaciones empresariales, cambios regulatorios u otros factores del mercado. Proporciona además un panorama más claro en cuanto al “qué es” y al “qué podría ser” que las Organizaciones luego pueden utilizar para evaluar opciones estratégicas y acordar la dirección del cambio.
Es necesario que las empresas desarrollen nuevas estrategias en relación a la cultura, el gobierno corporativo y la ejecución estratégica:
1. Cultura
Las compañías deben desarrollar una cultura y una actitud que promueva el abordar asuntos estratégicos a lo largo de la Organización, en lugar de hacerlo hacia adentro de cada unidad individual. Diariamente deberían afrontar el desafío de vincular cualquier actividad, sin importar su tamaño, con las necesidades de negocio y establecer el grado de avance de la misma de acuerdo a parámetros previamente fijados. Esto requiere que tanto los cargos gerenciales como el resto del personal reconsideren sus roles en la Organización y también la manera en que contribuyen para el cumplimiento de los objetivos globales de esta.
2. Gobierno corporativo
Es fundamental que las empresas pongan un mayor énfasis en entender claramente qué objetivos estratégicos desean alcanzar y cómo planean hacerlo. En una Organización integrada ya no resulta suficiente establecer una serie de objetivos de desempeño y realizar la distribución de responsabilidades. Alcanzar un objetivo estratégico depende de la adecuada realización de tareas por parte de los diferentes sectores dentro de la compañía, por lo cual se requiere una colaboración más estrecha en la ejecución de las mismas y un entendimiento más profundo del objetivo común a lograr. El gobierno corporativo debe reconocer este cambio e incorporar nuevas técnicas según corresponda.
3. Ejecución estratégica
En un mundo donde las prioridades estratégicas cambian constantemente, la empresa no debe perder de vista el estado actual del modelo operativo y el estado al que desea que el mismo llegue. Esto permite que los encargados de la toma de decisiones evalúen con mayor rapidez el impacto de los cambios, que identifiquen opciones y prioricen oportunidades de inversión.
En síntesis, la arquitectura de negocio puede ayudar a las Organizaciones a:
• Traducir la estrategia en ejecución, describiendo cómo ésta impactará el negocio de un modo que puede ser comprendido por una vasta audiencia.
• Posibilitar opciones, impactos e iniciativas de cambio transparentes, para proveer a los accionistas la información que se necesita en la toma de decisiones.
• Formalizar la cooperación a lo largo de la Organización para lograr una mejor comprensión y gestión de las oportunidades, dependencias y riesgos.
• Responder ágilmente a nuevas oportunidades y desafíos, maximizando el aprovechamiento de los activos y recursos disponibles.