Gabriel Pereyra

Gabriel Pereyra

Columnista

Nacional > PABLO LOTITO

"Una guerra entre familias rivales ya lleva 20 muertos"

El director de Información Táctica de la Policía es identificado en el Ministerio del Interior como el Elliot Ness de los casos pesados
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28 de mayo de 2017 a las 05:00
Ah, ¿querés hablar con el Elliot Ness del momento en la Policía?", preguntó, de forma retórica, un funcionario del Ministerio del Interior cuando El Observador pidió una entrevista con el director de Información Táctica, el inspector mayor Pablo Lotito. La alusión del funcionario al legendario agente del FBI que atrapó a Al Capone y otros mafiosos de Estados Unidos en la década de 1930, tiene que ver con que la unidad que dirige Lotito tiene a su cargo los delitos más resonantes y complejos que le caen a la Policía, desde homicidios no resueltos a sangrientos y complejos asaltos.

Luciendo ropa de calle y con una pequeña barbilla –se pidió que la nota fuera sin fotos–, Lotito explica que es parte de su trabajo pasar inadvertido en la calle. "En la calle es donde está la cocoa. Hoy arranqué a las 5 de la mañana y me fui directo a donde gente mía estaba haciendo una vigilancia. Yo participo en muchas operaciones y estoy al tanto de todas, es la única forma de gestionar algo así", dice el oficial.

El delito se ha ido haciendo cada vez más complejo.
Sí, el delito ha mutado en el modus operandi y en el uso de herramientas. Así como la Policía consiguió tecnología y aprendizaje de cómo usarla, paralelamente los delincuentes avanzaron también. Antes trabajé en Colonia, un lugar relativamente tranquilo y sabía que los partidos importantes se juegan en Montevideo, donde operan todos los delincuentes. En los hechos importantes que ocurren en el interior siempre hay "jugadores" de Montevideo involucrados. Recuerdo que cuando venía a Montevideo y había algún detenido en lo que era la brigada de asaltos, pasaban por ahí y ya los llevaban confesos al juzgado, pero esa época pasó y hoy se trabaja con inteligencia y no solo esperando lograr la confesión.

¿Cómo funciona la Dirección de Información Táctica?
Fue creada por (el director nacional de Policía, Mario) Layera en 2013 y lo que hace es recibir información de las cuatro zonas regionales de investigación que hay en Montevideo. Esos directores están subordinados a Información Táctica. Una vez por semana se comparte la información para que todos sepamos en que se está. Yo conozco todas las operaciones que hay en Montevideo. Tenemos base de información y coordinamos acciones para no chocarnos, ver si en los allanamientos se obtiene información que incumbe a una operación de otra zona, y todo enfocado a delitos sensibles como asaltos, secuestros, megaestafas. Tengo un buen equipo con mucha gente recientemente salida de la Escuela de Policía. Yo ando así todo el día (se refiere a la ropa de civil). Soy controlador y tengo el penúltimo grado policial, inspector mayor, pero salgo a la calle a hacer allanamientos a la par de mis subordinados.

¿Cómo se consigue el dato que permite aclarar un delito? ¿Los delincuentes colaboran?
El dato es la mínima expresión de la información y una vez obtenido hay que transformarlo en información. Es mínima la colaboración de los delincuentes. La gente sí colabora bastante a través del teléfono 0800-5000.

¿Cuál es el carácter complejo de las organizaciones delictivas?
Antes vos sabías que había una modalidad de asalto a bancos y sabías que podías estar apuntando a fulanito. Hoy día desbaratamos organizaciones delictivas de gente que no tiene antecedentes penales. Este es un nuevo fenómeno. Lo traés y no tiene perfil de delincuente. Ven que es fácil, que hay cosas vulnerables y se animan. Y a veces son más audaces que los delincuentes con antecedentes. El otro día, en una rapiña, mataron a un policía en la décima. Cuando vieron que era policía, no dudaron en matarlo. El delincuente hoy es más violento, más desinhibido. Hemos detectado que en los mensajes que publican en redes sociales aluden a la muerte como algo asumido y para muchos morir en un enfrentamiento es algo glorioso.

Algunos de los últimos asaltos se dijo que los hizo una banda bien organizada.
Así como nos dedicamos a recopilar información, ellos hacen lo mismo. Hemos hecho procedimientos donde incautamos celulares en los que encontramos filmaciones y seguimientos de remesas y tareas de vigilancia registradas por los delincuentes. Esta organización asaltó el peaje de Pando, Tienda Inglesa, un blindado en el Géant. No son siempre los mismos, pero hay un grupo que sí se repite. El otro día procesaron a uno y hace dos meses recapturamos a otro que hacía cuatro años estaba requerido y fue procesado por el asalto en Pando, también logramos que se procesara a otro por el robo al Géant. Estos casos requieren investigaciones muy complejas. Utilizamos el método del oficial del caso, que es un responsable encargado de hablar con el juez y el fiscal, si se hace vigilancias electrónicas supervisarlas, y es la manera de sacar adelante estos trabajos. Dentro de la vorágine de delitos en la que estamos sumidos, es mentira que podemos abarcar todo. Cuando se viene a denunciar el robo de un celular, bueno, se registra, pero nosotros, la verdad, es imposible que podamos investigar todos y cada uno de los robos que se cometen. Priorizamos los más importantes y de esos te diría que siete de cada 10 se aclaran.

¿Se usa la figura del policía infiltrado?
No la usamos. Este es un medio muy chico y tampoco podemos pagar informantes. Sí se usa la figura del testigo encubierto. En homicidios estamos teniendo una aclaración que ronda el 60%, la mayoría son por conflictos criminales o ajustes de cuenta. Esos ocurren en asentamientos en la periferia, la mayoría se da en los barrios 40 Semanas, Borro, Casavalle y Marconi. El que ve no te dice nada porque vive en un ambiente hostil, lugares donde además no hay cámaras de vigilancia. El que quiere colaborar lo hace a través de la figura del testigo encubierto. Va al juzgado con medidas de seguridad y solo lo ve juez y fiscal y en el expediente no figura con su nombre.

¿Son difíciles de aclarar los ajustes de cuentas?
En Cerro Norte hubo un caso de un asesinato con 70 tiros. Hubo un clic hace tres años en este asunto. Los ajustes están vinculados a la venta de droga y la disputa de lugares geográficos. Antes se resolvía de otra manera, pero ahora es mediante la muerte. Y están todos en eso. En el barrio 40 Semanas dos organizaciones lideradas por el Tato Segade, que era de una fracción de la barra brava de Peñarol ,y el Lalo Algorta, aún preso por narco. En 2014, un familiar de Algorta mata al Tato y desde entonces hubo 20 muertos en esa guerra entra esas dos familias. Después estuvo el secuestro y homicidio de la mujer del Tato, pero eso fue gente del Beto Suárez, por otros asuntos ajenos a esta guerra de familias.

¿Cuánto poder tienen estos grupos?
El que logran en el barrio. Una persona indagada contó que el Lalo Algorta era un referente en el barrio, que los sábados hacía una olla popular y premiaba al que trajera el mejor dato sobre dónde ir a robar. Ellos dominan el barrio porque tienen a los gurises jóvenes captados, ya sea por el liderazgo, o con plata o droga. Además, infunden terror entre la gente bien, a la que le han prendido fuego la casa. Es un submundo muy complicado. Yo digo que el homicidio en Uruguay no aumentó porque los médicos son muy buenos o porque los delincuentes tienen mala puntería, porque la cantidad de heridos que hay es impresionante.

¿Y su dirección lleva un registro de estas bandas?
Acá los bandidos nos dicen: "Sabíamos que con los únicos que podíamos perder era con ustedes". Porque nosotros seguimos los temas, porque las zonas no dan abasto. Teníamos a un delincuente prófugo, el Laco Cola, uno de esos bandidos que piensa y organiza. Habíamos procesado a los laderos y él se había ido a Argentina. Pero gracias a que seguimos los casos, logramos ubicarlo en Argentina y lo hicimos traer por Interpol y lo procesamos.

¿Qué implica enfocarse en una investigación?
Desde que nos hacemos cargo asumimos la escena del hecho, indagamos a los vecinos, trabajamos con Policía Científica, usamos interceptaciones telefónicas, seguimos y filmamos gente, controlamos los autos, con quién se juntan. Eso insume tiempo y medios. A veces hacemos seguimientos en moto o a pie. A veces lleva meses un caso. El 17 de mayo se cumplieron dos años del caso de la doctora Milvana Salomone. Ella fue liberada el 16 de junio. Hubo un antes y un después de ese caso. Estuvimos un mes viviendo acá para aclarar el caso.

¿Están viniendo delincuentes de Argentina?
Sí. Tenemos buen vínculo con Interpol Argentina y sí, están viniendo. Es más, está habiendo un intercambio, operan acá con delincuentes argentinos y a veces van y operan allá con uruguayos. En el asalto a la remesa del Abitab en Lagomar y un asalto a un Red Pagos en diciembre, el tipo que entra lo hizo a cara descubierta, lo tenemos filmado y nadie lo conoce. Incluso levantamos una huella y no pudimos cotejarla. Todo indica que es extranjero.

¿Cuántas huellas hay para cotejar?
Policía Científica tiene unas 400 mil huellas de gente con algún antecedente. Si no surge ahí, manda un oficio a Identificación Civil, y, si es uruguayo, debería estar ahí.

¿Ustedes notan un cambio en los delincuentes que pasan por la cárcel?
El sistema carcelario los hace más violentos, sin duda. Es imposible que en una cárcel un primario salga mejor. El alto índice de reincidencia es otra demostración. A mí me gusta interrogar y hablo con los tipos, hablo de todo, y les pregunto si van a estar toda la vida robando por chirolas. Y me dicen: '¿Qué querés amigo, quién me va a dar laburo?'. Y tiene razón, si quiere laburar, ¿quién le da laburo? Están condenados a seguir en eso. Después que entran al círculo es difícil salir. El bandido ya no tiene códigos y cualquiera agarra para el delito y no le tienen miedo a la Policía. Luego están algunos primarios que lo son solo porque no cayeron, pero a veces son tan pesados que por eso no cayeron. Y se han criado en esa, los escuchás hablar y dicen 'salimos a laburar'. Eso incide a veces en los niveles de esclarecimiento de delitos, porque los agarramos por una rapiña pero sabemos que tienen siete. Tenemos un procesado por una rapiña aclarada, pero con su caída se aclararon 20 y no lo sabemos.

¿Qué esperan del nuevo Código del Proceso Penal?
Nos cambia todo. Hoy trabajamos con los jueces y pasaremos a hacerlo con los fiscales. Vamos a tener que convencer al fiscal de que tenemos un caso para presentarle al juez y ahí vamos a poder indagar. No podemos interrogar a nadie sin presencia del fiscal y del abogado defensor. Hoy el abogado no corre, lo interrogamos y ahí ganamos mucho. No se le pega a nadie, pero con técnicas de interrogatorio se obtienen cosas. De tanto averiguar, sabemos todo de ellos. Si tienen hijos, si tienen amantes, y ahí podés entrar en confianza y muchas veces terminan confesando. Ahora vamos a tener que presentar las pruebas antes para poder interrogar. Y si va a juicio oral y público, el oficial del caso tendrá que ir a declarar. Y de las víctima y testigos no sé cuántos se van a animar a ir a declarar a un juicio público. Lo que queremos es que vaya preso, pero con el nuevo código no pasa más: va a haber rapiñeros que cometieron una rapiña y estarán en libertad hasta que haya sentencia. ¡Qué cambio va a tener que darse en la mentalidad de todos!

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