Lexi Magnuson vive junto a su familia en una casa de Oregón. Hace unos meses abandonó la iglesia a la que concurría porque no compartía la intolerancia que observaba entre los fieles para con la comunidad LGBTI, sin embargo, vivió una nueva situación que la llevó a tomar una decisión drástica.
Una vecina, que recién se mudaba al barrio, se acercó a su puerta porque pensó que era mormona como ella. Magnuson le explicó que no lo era, y le preguntó por qué se había mudado. La mujer, entonces, le dijo que se había ido de Oregón porque sus hijos solían estar ''demasiado expuestos a gays y transexuales''.
Magnuson no supo cómo reaccionar. La nueva vecina no había entendido que quienes vivían casa de por medio no eran mormones, y se despachó contando lo horrorizada que estaba porque una chica rechazó a su hijo, por otra chica
Magnuson se molestó tanto por la charla de su nueva vecina y pensó cómo podía mostrarle su apoyo a la comunidad. Entonces decidió decorar su hogar con adornos y luces con los colores que forman la bandera LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales).
Hizo pública su experiencia en Facebook, junto a una fotografía en la que se ven alumbrados los árboles de su jardín. En cierta forma, le dio una lección a su vecina que, cada vez que pase frente a la casa, tiene que ver los adornos.
Cientos de usuarios se detuvieron a comentar el post en el que Magnuson aclaró que no solo busca que se toleren los grupos minoritarios sino que quiere 'igualdad, aceptación, amor y amistad''.
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