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Agotados del Mercosur, vuelve el dilema de hasta cuándo esperar

Pasó la cumbre de Brasilia y el gobierno uruguayo –que se había ilusionado- retornó con una sensación de soledad profunda
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26 de julio de 2015 a las 05:00
La política exterior es una de las áreas donde más se nota el cambio de tono entre el actual gobierno y el anterior. Para la administración de José Mujica (2010-2015) el Mercosur era el centro. Era impensable que alguien se planteara la posibilidad de abandonar el bloque. Hoy, esa posibilidad ya no es tan lejana, aunque no este planteada de forma explícita. En la actual cancillería, pese a que el programa de Frente Amplio marca la ambigüedad del "regionalismo abierto", no es tan firme el concepto de que la fidelidad al Mercosur debe ser absoluta. Y, como ya fue dicho, en el actual gobierno la política exterior tiene un tridente que actúa en consonancia como no había sucedido durante 10 años de la izquierda en el poder.
Por eso ya es parte de la estrategia gubernamental el discurso del ministro de Economía, Danilo Astori, de abrirse al mundo, pedir libertad al Mercosur y a la vez intentar que el bloque avance hacia el libre comercio nunca cumplido. "El Mercosur atraviesa su peor momento", dijo Astori en abril.

Sinceramiento

Desde que asumió, el canciller Rodolfo Nin Novoa repite esa palabra sin cesar. "Sinceramiento", es lo que le pidió al resto de los países en la última cumbre del Mercosur. La resolución que planteó Uruguay, y que fue aprobada por el Consejo del Mercado Común que integran todos los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores del bloque, indica que se deberá elaborar un "plan de acción" en los próximos seis meses para el "fortalecimiento del Mercosur comercial y económico". No incluye la palabra mágica, pero es un avance. Esos seis meses son los que –de forma simbólica- dará de plazo Uruguay a sus socios para encontrar cambios que no los hagan pensar nuevamente en abandonar el bloque.

Tabaré Vázquez, Nin y Astori pretenden un plan que permita eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias, y las medidas que afectan la competitividad relativa de los países. Pero el tridente coincide en que mucho más no se puede esperar por el bloque si no se realizan cambios profundos.

La incertidumbre de Brasil

La incertidumbre en el bloque está asociada desde hace mucho tiempo a Argentina. Pero en las últimas semanas los gobernantes uruguayos quedaron sorprendidos por actitudes del gobierno de Brasil que los descolocaron. La primera sorpresa fue la negociación del bloque con la Unión Europea. Vázquez se reunió con Dilma Rousseff en mayo y allí acordaron que ambos países promoverían una negociación acelerada y en dos tiempos para no quedar atados a la lentitud argentina.

Pocas semanas después, en Bruselas, Argentina dijo que quería meterse en la negociación y Brasil le dio la espalda a Uruguay y la negociación será al ritmo proteccionista del kirchnerismo. Tras la cumbre, Vázquez volvió muy preocupado por la situación económica y política de Brasil y así se lo transmitió a los ministros. La popularidad de Rousfeff se desplomó y la economía está pasando por una situación muy compleja.

La incertidumbre Argentina

¿Qué le conviene a Uruguay que pase en Argentina? No está tan claro como antes. Mientras ambos países preparan el terreno para negociar temas pendientes de resolución, del lado uruguayo se esperanzan con que con las elecciones presidenciales de octubre impliquen un cambio de autoridades que permita avanzar. Un tema sin acuerdo es el monitoreo ambiental de UPM.

Fuentes de la cancillería uruguaya dijeron a El Observador que una vez que se sepa quien ganó los comicios, una avanzada de negociadores planteará los asuntos más urgentes a resolver. En los papeles el postulante oficialista Daniel Scioli es el candidato que más le conviene al gobierno uruguayo para mejorar la relación. Pero el kirchnerismo ya le ganó a Scioli eventuales espacios de poder en un próximo gobierno y eso también genera incertidumbre en el Palacio Santos.

Soledad de los pequeños

En un bloque dominado por dos grandes, Paraguay y Uruguay siempre pretendieron que alguien los protegiera. Y Mujica se ilusionó con que el ingreso de Venezuela, el país caribeño cumpliera ese rol. Si bien Vázquez acaba de firmar un acuerdo que se supone es beneficioso porque permite cobrar una deuda bolivariana y además conseguir petróleo a mejor precio, la actitud asumida por Venezuela en la cubre fue de alinearse con Argentina y abandonar a los pequeños. Según una crónica del periodista Ricardo Scagliola en La Diaria, cuando Astori y Nin realizaron el planteo de "sinceramiento" del bloque, sufrieron el asedio de los vicecancilleres de Argentina y Venezuela. La nota relata cómo en la reunión del CMC, el vicecanciller venezolano, Alexander Yáñez, criticó explícitamente la intención de países como Uruguay, que pelean por realizar acuerdos comerciales por fuera del bloque. Paraguay respaldó a Uruguay y los chicos quedaron, nuevamente, mirando al Mercosur más cómo una cárcel que como una plataforma.

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