"Fue el motín más grande de estos tiempos", dijo Marta Larrosa, presidenta de la Comisión Interna del Hospital Vilardebó. En la mañana de ayer los pacientes de la sala 11 del Hospital Vilardebó -donde se encuentran los derivados del Poder Judicial o cárceles- comenzaron un motín con quema de colchones.
En ese sector hay dos salas con 35 internos en total, según datos de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (
ASSE).
El gerente general de ASSE, Richard Millán, dijo en conferencia de prensa que 11 pacientes imputables (que cometieron un delito independientemente de tener una enfermedad mental), fueron enviados a Cárcel Central en los últimos meses, por lo que solo quedaban pacientes que habían cometido delitos como consecuencia de una patología mental.
El viernes pasado, la Justicia ordenó que un delincuente fuera internado en el Vilardebó a pesar de ser imputable. Fuentes de ASSE dijeron a El Observador que ese interno comenzó hoy a realizar reclamos en la sala 11, lo que provocó que los pacientes se amotinaran. En total cuatro pacientes por la Justicia fueron enviados durante el fin de semana al Vilardebó, tres de ellos inimputables.
De los 35 internos, dos fueron tomados como rehenes. Uno de ellos sufrió heridas en la cabeza y debió ser trasladado a otro centro de salud del organismo. Ninguno de los dos regresará al Vilardebó, informaron a El Observador fuentes de ASSE.
Según explicó Larrosa, los pacientes que iniciaron el motín entraron por la ventana de enfermería, arrancaron la reja, quemaron historias clínicas y colchones en el patio abierto, por lo que no hubo intoxicados. Durante 72 horas, los pacientes de la sala 11 estarán en dos salas y se reforzará el personal de enfermería y de seguridad.
Además, ASSE solicitó al Poder Judicial que durante esos tres días no se envíen más pacientes judiciales. Un negociador de la Policía trabajó para que desistieran del motín, informó a El Observador el Jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez.
Mientras la directiva del centro se reunía con la comisión interna del Vilardebó y el director del área de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP), Ariel Montalbán, fuera del centro los trabajadores salieron a quejarse por que son "totalmente vulnerables". Los funcionarios denunciaron que trabajan "entre ratas" y que parte de las donaciones que llegaron al centro asistencial con destino a Dolores (ciudad que fue arrasada por un tornado días atrás) fueron entregadas a los mismos internos que estaban realizando el motín. Frazadas, colchones y comida son algunas de las cosas que les dieron mientras seguía el motín.
"Fue con muchísima violencia, nunca se había visto acá. Hubo traumatismos de cráneo, cortes, robaron todo de enfermería", aseguró un trabajador de la sala 12, que se encuentra arriba de donde ocurrió el motín. "Lo vivimos con la peligrosidad de siempre. Nunca ha cambiado. Corren peligro compañeros, de la guardia y de enfermería, personas que tendrían que estar en la cárcel y que están acá", agregó. Al igual que ASSE, varios trabajadores coincidieron en que hay pacientes que deberían estar presos.