La implementación de la venta de marihuana en las farmacias fue, durante meses, un dolor de cabeza para el gobierno, pero su concreción el pasado 19 de julio marcó el inicio de una nueva etapa en la política de regulación del cannabis.
El problema de fondo es que, por más que Uruguay legalizó la venta de marihuana, la mayoría de los países del mundo y la globalidad del sistema financiero lo sigue considerando una actividad ilícita. Eso llevó a que el Banco Santander, por ejemplo, clausurara cuentas de las compañías productoras de marihuana, así como la de los clubes cannábicos y las farmacias registradas para vender.
Farmacias y el BCU
Durán agregó que el Centro de Farmacias está brindando apoyo legal a las farmacias involucradas en esta situación y revisando los contratos que tienen con los bancos para ver si hay cláusulas que puedan ser declaradas nulas.
El presidente del Banco Central (BCU) Mario Bergara llamó a quitarle dramatismo a un asunto que considera "sumamente complejo" y que involucra normativas internacionales. "No hagamos ni dramatismo ni nos anticipemos en cuestiones que trabajamos para que no ocurran", afirmó.
En declaraciones a la prensa a la salida del Congreso del Colegio de Contadores, Economistas y Administradores (CCEA), Bergara dijo que "en estos días vamos a estar dialogando con los agentes a efectos de buscar vías de solución". Además, explicó que "hay que seguir trabajando y buscar la compatibilización entre el funcionamiento razonable del sistema bancario y financiero y el desarrollo de la política (de regulación del cannabis)". Eso, agregó, se deberá hacer "sobre la base de las formas de funcionamiento global internacional y de relaciones con los corresponsales en el exterior que tiene cada banco, los privados y los públicos".
"De alguna manera hay que compatibilizar el desarrollo de una política pública que ha tenido el país con la viabilidad del funcionamiento en el sistema financiero", dijo el presidente del Banco Central del Uruguay Mario Bergara. Según Durán, lo que hacen los bancos "es ampararse en cláusulas contractuales que firma el cliente cuando se constituye en el banco, que dicen que el banco se reserva el derecho de admisión y tiene facultades o para solicitar en cualquier momento el cierre de la cuenta en un periodo determinado de tiempo o le puede bloquear la apertura de nuevas cuentas a aquellas empresas que puedan tener una situación que les genere una contingencia como esta".