El proceso de impeachment que esta viviendo Brasil está cobrando dimensiones que exceden lo meramente político, y ha alcanzando una mediatización impensada. La posible destitución de la presidenta de Dilma Rousseff es seguida por toda la sociedad brasileña, que aprovecha cada oportunidad para manifestar en las calles su apoyo u oposición.
Mañana comienzan los debates en la Cámara de Diputados, donde de aprobarse por dos tercios la moción se acusará a la presidenta formalmente y pasará a la Cámara de Senadores. Tal es el interés de los brasileños por el proceso, que ha logrado desplazar a el mayor evento del país: el fútbol.
Según publicó La Nación, la cadena Globo, que posee los derechos del fútbol brasileño, se encuentra en negociaciones para adelantar los partidos que se juegan el domingo para el sábado. De esta manera, podría transmitir en vivo la votación final de los Diputados. Por esta decisión, varios grupos pro gobierno la han acusado de fomentar el impeachment y, por ende, de ser "golpista".
Además la crisis política ha logrado desplazar al "enemigo número uno" del gobierno brasileño durante los últimos meses: el virus del zika. La epidemia trasmitida por el mosquito Aedes aegyptis, que posee una fuerte presencia en Brasil, llegó a infectar a más de medio millón de personas y causar varios casos de microcefalia. También opacó a un brote emergente de el virus H1N1, que se estima que ya causó 102 muertos en el territorio.
Las intrigas y las conspiraciones que se originaron en los pasillos de Planalto llegaron, además, a llamar la atención del director de cine José Padilha, que según reveló La Nación, pretende llevar a la pantalla chica los entretelones del caso Lava Jato. Padilha estaría trabajando en un guión para una serie que conjugaría investigaciones policiales, política y thriller, una mezcla que hace recordad a la aclamada serie de Netflix, House of Cards.
Padilha ha criticado regularmente al gobierno de Dilma Rousseff y ha elogiado anteriormente a la investigación que lleva a cabo el juez federal Sergio Moro. Sin embargo, criticó duramente la divulgación de las llamadas entre la presidenta y el expresidente Lula da Silva.
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