En Argentina destacan la inconveniencia de importar terneros desde Uruguay, porque terminaría afectando a los productores de esa categoría. El tema fue planteado a raíz de la intención del gobierno de Macri de combatir lo que considera abusos en la cadena de comercialización.
Una de las razones que generó la distorsión de suministro en la faena fue la determinación de subir el peso de faena, en aras de cuidar el stock ganadero a partir del 2003 durante la anterior administración, señala un artículo de Ámbito Financiero.
Seria redundante hablar de lo que ocurrió en los cinco años posteriores y lo que implica el ciclo de cría para comprender por qué nuestros vecinos están agradecidos con aquella política.
Desapareció el ternero "bolita "que salía del campo directo a faena sin intermediarios entre el productor y el frigorífico (supuestamente) y comenzó la subvención de los feedlots que tomaron un rol preponderante en el suministro de la carne que comemos, sostiene el analista.
Es decir que cambió el hábito de los argentinos de comer carne del animal criado exclusivamente a campo (tan valorado anteriormente que hasta se notaba esa diferencia en programas en el exterior) para cambiarle el hábito también al animal que pasó a comer alimento balanceado producto de la otra faceta productiva del campo.
Lo que se ve es lisa y llanamente una transferencia de un negocio a otro. Si se mira en perspectiva un pilar del negocio resultan ser los precios bajos de los granos para alimentar el animal encerrado. ¿Cómo se logra esto? Subvención primero y altas retenciones luego, que obligan a colocar los cereales en el mercado interno. Resulta conocido esto, ¿no es cierto?, destaca el articulista.
En us opinión "la estupidez no tiene límite", y ante el sinceramiento del mercado de cereales nadie comenta que no se sembraba maíz para el ciclo 2015/2016 porque en caso de ir bien la cosecha se perdía más de $1000 por hectárea y que al aparecer el maíz de la anterior campaña (agosto-septiembre 2015), el productor lograba $700/$800 tn que era lo que pagaba un feedlot para engordar un ternero. Hoy ese engorde debe hacerse con un maíz que vale el triple, por lo que el primero que viene sufriendo la presión y la baja en los precios del ternero es el productor.
¿Qué podemos hacer? Traer terneros en pie de Uruguay así aumenta la presión sobre el único eslabón que no tiene posibilidades de defenderse y que además corre todos los riesgos, como los climáticos y cuya rentabilidad es la menor de toda la cadena.
Pude ser que el sentido común, se utilice alguna vez antes de tomar estas medidas, que solo son políticas y de patas tan cortas, finaliza el artículo de Ámbito Financiero.
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