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Diez médicos fueron a la Justicia penal en los últimos meses

Más de 30 profesionales son demandados por año
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08 de agosto de 2017 a las 05:00
Más de 30 médicos son demandados por año por presuntos casos de mala praxis. A veces los pacientes o sus familiares consideran que el profesional se equivocó o no hizo lo que debía, por lo que llevan el asunto a la Justicia a la espera de una condena para el especialista. Sin embargo, en los últimos 15 años solo hubo seis médicos procesados, cuatro de ellos con prisión, y otros dos fueron condenados a pagar una indemnización por la justicia civil. El último caso ocurrió el viernes pasado, cuando una médica fue encarcelada en Bella Unión, Artigas.

Si bien hubo pocas sentencias adversas para los especialistas, la medicina defensiva se expande en Uruguay y cada vez son más los profesionales que buscan estrategias para evitar las demandas. El profesor de Medicina Legal y Ciencia Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad de República, Hugo Rodríguez, dijo a El Observador que los médicos deben ejercer la profesión "con tranquilidad y seguridad" sobre lo que aprendieron en su carrera, aunque eso no siempre sucede. "La medicina defensiva es lo peor para la relación entre el médico y el paciente, porque la demanda pasa a ser el centro de la preocupación en lugar de prestarle la correcta atención al enfermo", sostuvo.

Cuando el profesional tiene miedo puede indicar estudios que no debería, ya que de esa forma evita la acusación por parte del usuario. Según Rodríguez, los pacientes tienden a pensar que mayor cantidad de análisis significa mejor atención, por lo que esa es una de las estrategias que utilizan los médicos para evitar denuncias.

Sin embargo, cada estudio tiene un costo y resulta innecesario que el sistema de salud se encarezca por prácticas de medicina defensiva. "A mí me ha pasado de preguntarles a colegas si realmente creían que tal o cual análisis era imprescindible y la respuesta suele ser no", contó el profesor.


Rodríguez recordó el caso de los enfermeros que fueron acusados de matar a 15 pacientes en 2012. Aunque esa situación no implicaba de forma directa a médicos, el especialista consideró que la historia sí afectó la manera en la que ellos trabajaban. "Había un miedo terrible a recetar morfina, porque en la sociedad había un muy mal concepto de ese fármaco", agregó.

Sin embargo, la morfina es una de las pocas alternativas que tienen los pacientes que sufren de dolores muy fuertes y Rodríguez consideró que es una droga "segurísima".Por lo tanto, no tenía sustento científico que los médicos no la indicaran, pero trataban de evitarla para que los usuarios o sus familiares no malinterpretaran sus intenciones.

Además, hay profesionales que practican la medicina defensiva en casos que pueden ser confundidos con abuso sexual. Rodríguez explicó que cuando una niña llega con una lesión en sus genitales suele activarse un protocolo para verificar que no haya sido abusada. Hay casos que sí levantan sospechas, pero hay otros en los que "no quedan dudas" de que la menor se lastimó por otros motivos.

"Es una situación horrible, porque se expone a la familia y a la niña a un cuestionario innecesario que no tiene nada que ver con lo que realmente le pasó", afirmó el profesor. Rodríguez consideró que en esos casos hay especialistas que prefieren diagnosticar posible abuso sexual "para cubrirse" ante una posible demanda por omisión de asistencia, en lugar de dar por bueno lo que ellos realmente creen que ocurrió con la paciente.

Representados

El SMU trabaja con dos estudios de abogados cuando sus socios son demandados. Natalia Veloso se desempeña en el estudio Delpiazzo y representa al gremio cuando los profesionales reciben demandas civiles. Por su parte, el abogado Jorge Barrera se encarga hace un año del asesoramiento del SMU en materia penal, luego de que el penalista Gonzalo Fernández se retirara de esa tarea.

Según dijo Veloso a El Observador, a los médicos no les gusta ejercer su profesión de forma defensiva, pero toman esa postura cuando a ellos les pasa algo o cuando se enteran de que otro colega tuvo un problema con un paciente.

La abogada explicó que la mejor forma que tiene un especialista de cubrirse ante posibles denuncias no es a través de la medicina defensiva, sino con la documentación de todos los procedimientos que realiza. "Siempre les digo que llenen la historia clínica, porque si llegan a tener un inconveniente pueden demostrar lo que hicieron", agregó.

Además, hay profesionales que están más expuestos a ser demandados porque corren más riesgos que otros. Por ejemplo, las especialidades quirúrgicas tienen más posibilidades de recibir denuncias que las clínicas. La abogada afirmó que los ginecólogos son los que encabezan la lista de demandas, al igual que los médicos que tienen el primer contacto con el paciente en la emergencia de un centro hospitalario.

"Siempre hay que tener en cuenta el momento en el que se tomó la decisión médica y no juzgarla con el diario del lunes, porque varían las circunstancias asistenciales", sostuvo. Por lo tanto, la responsabilidad médica también depende de factores ajenos al profesional; como las patologías de base que traiga el paciente, la demanda que tenga el médico en ese momento y las condiciones laborales en las que se desempeñe.


Veloso señaló que en los últimos meses hubo diez médicos que recibieron denuncias penales "a lo largo y ancho del país". Además, afirmó que llegan demandas tanto del mutualismo como de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE).

Por su parte, Barrera, defensor de la médica de Bella Unión encarcelada el viernes pasado, sostuvo que fue excesivo el procesamiento con prisión, ya que hay otras alternativas. El abogado sostuvo que "se generó una alarma" entre los médicos luego de este caso porque "a cualquiera le podría pasar".

"Nosotros no apelamos el procesamiento, apelamos la prisión", agregó al explicar que recurrirá ante un tribunal de apelaciones lo resuelto por la jueza Analía Britos. Según Barrera, la especialista podría haber sido procesada con tareas comunitarias o con prisión domiciliaria.

La profesional le indicó un antibiótico a una mujer de 63 años que era alérgica a la penicilina. Según se desprende del auto de procesamiento, alegó que no sabía que la paciente no podía recibir ese fármaco pero la jueza lo consideró "inaceptable".

Los últimos procesamientos con prisión

2003 - Maykol Cardozo tenía 15 años cuando murió a raíz de un cuadro de infección generalizada causado por la llamada "bacteria resistente". El juez penal Carlos García procesó a dos médicos de la emergencia del Hospital de Clínicas por homicidio culposo y en 2008 los profesionales fueron condenados a 22 y 24 meses de cárcel.

2007 - Rodrigo Aguirre tenía 23 años cuando hizo un paro cardíaco durante una cirugía ambulatoria, ya que no fue bien monitoreado durante la anestesia. El hermano del futbolista Diego Aguirre murió en la operación y el anestesista responsable fue procesado con prisión. Además, el especialista recibió una inhabilitación del título por 10 años.

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