El feminicidio no será un delito independiente sino un agravante

El presidente Tabaré Vázquez dio el primer paso: ordenó que se tipificara el feminicidio en el Código Penal o, dicho en forma más clara, pidió aumentar las penas para los homicidas de mujeres. La responsabilidad del segundo paso, redactar el proyecto de ley para darle forma a la idea, recayó sobre el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, quien había anunciado, el 30 de noviembre, que la postura del gobierno era tipificar el delito "con independencia de otros". Sin embargo, luego de escuchar la opinión del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak, quien en rueda de prensa cuestionó esta forma, y luego de reunirse con grupos feministas, otra idea creció en el gobierno: tipificar el feminicidio como agravante especial del homicidio. De esta manera, evita posibles reproches jurídicos y, de paso, envía una señal clara a la población: matar a una mujer es sancionado con mayor gravedad.

Las posibilidades legislativas, entonces, eran dos: que el feminicidio sea un delito independiente o un agravante especial del homicidio, que puede llevar la pena al máximo previsto en la legislación actual, 30 años de cárcel. Al día siguiente del anuncio de Roballo, el presidente de la Corte manifestó que está "totalmente de acuerdo" con enviar una "fuerte señal" para combatir la violencia doméstica, pero advirtió que toda modificación al sistema penal "debe ser cuidadosa". Chediak expresó entonces su disconformidad con tipificar el feminicidio como delito independiente y, en cambio, consideró que técnicamente lo mejor es establecer "una agravante específica por razón de género". El presidente aclaró que el homicidio es un delito que prevé la muerte, tanto del hombre como de la mujer, por lo que no sería conveniente que solo tipificara el crimen de hombres.

Por otra parte, varios penalistas cuestionaron que se tipifique el feminicidio y, en especial, que se lo haga como delito independiente.

Consultado por El Observador, el abogado penalista Gustavo Bordes opinó que definir una nueva figura penal por el simple hecho de que la víctima sea mujer puede "generar inequidades y perplejidades" para el derecho, ya que se empieza a legislar "para un determinado grupo". "Si lo que quiere agravar es la desproporción de la fuerza o una situación de indefensión, hay otros tantos casos (como una persona postrada, un niño o un inválido) que también habría que agravar", expresó.

En esto coincidió el penalista Diego Durand, quien dijo a El Observador que la tipificación del feminicidio como delito "ataca el principio de igualdad" de todas las personas ante la ley, establecido por la Constitución.

En medio de esta lluvia de cuestionamientos y propuestas, Roballo se reunió con grupos feministas. Algunos, proponían tipificar el delito de forma independiente, mientras que otros, que fuera una agravante especial.

"A partir del anuncio que hizo el presidente de la República, varias organizaciones nos pidieron entrevistas porque querían expresar su opinión sobre el paso que íbamos a dar", dijo Roballo el viernes en el Observador TV. "La mayoría de los técnicos y de los organismos del Estado que han participado de esta discusión entienden que desde el punto de vista técnico el feticidio sea un agravante, al igual que el parricidio", agregó el encargado de redactar el proyecto de ley.

El prosecretario de Presidencia destacó que lo más importante, más allá de la forma penal que se le de al delito o de la cantidad de años que se aumentará la pena, es la señal que se da para generar una mayor visualización del problema. En ese sentido, comparó esta instancia con la creación del delito de acoso sexual en 2009. "Y era legislador, y había una gran controversia. Si uno se ponía puro desde el punto de vista del análisis criminológico pudo haber grandes dudas. (...) Tengo que admitir y decir que la discusión y la sanción de la ley generaron una concientización y una visibilización del tema impresionante. Las denuncias se dispararon, lo que quiere decir que se empezó a perder el miedo, se empezó a transparentar (...) En el caso del feminicidio, esperemos que tenga ese efecto, además de castigar la conducta antijurídica", expresó.

La Real Academia Española definió el sustantivo "feminicidio" como el "asesinato de una mujer por razón de su sexo" en la última edición de su diccionario del pasado octubre. Sin embargo, el gobierno insiste en llamar al delito "femicidio" para distinguirlo así del "feminicidio". "Femicidio es el delito. La tipificación del delito, sea como figura autónoma o como agravante, como el parricidio por ejemplo. El feminicidio se trata de una política. Por ejemplo, si nosotros tuviéramos una situación en Uruguay, en este marco grave de afectación de la vida humana, de las mujeres, a manos de sus parejas, de sus esposos, el Estado fuera prescindente, no hiciera absolutamente nada, entonces estaríamos ante una política feminicida, porque hay una política de Estado que acompaña esa violencia basada en género contra la mujer. El feminicidio es algo mucho más amplio", explicó el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, el viernes en El Observador TV.