Cuando pensamos en un mapa del mundo o en la imagen del planeta Tierra, automáticamente asumimos como algo normal que el Norte sea el punto cardinal asociado al "techo del mundo". Sin embargo, esta configuración que parece predeterminada y asimilada desde hace largo tiempo podría haber sido totalmente diferente y podría, a su vez, haber modificado rotundamente la forma en la que nos ubicamos en un espacio geográfico determinado.
Actualmente, no hay ninguna explicación científica para afirmar que el planeta se encuentra en la posición que pensamos, con el Norte como la referencia cardinal para posicionarnos. Según explica BBC Future, el relato de cómo se llegó a esta norma preestablecida combina historia, astrofísica y psicología, y desemboca en la conclusión de que la manera en la que la humanidad diseñó el mapa mundial tuvo fuerte influencia en como lo vivimos y los sentimos.
Debido a que el posicionamiento es una de las principales herramientas de supervivencia, el cerebro humano ha desarrollado a lo largo de su evolución áreas específicas que se enfocan en crear mapas de los que nos rodea. Según la publicación, lo que nos diferencia de los demás animales es que continuamente compartimos esa información de geolocalización con los demás, casi desde el principio de nuestra existencia, ya que los primeros mapas conocidos datan de hace casi 14 mil años.
Sin embargo, sorprende que el Norte se considere el punto cardinal superior desde hace poco más de 400 o 500 años, dada la larga trayectoria que los humanos han tenido en la creación de mapas.
De todas maneras, las diferentes culturas han tratado a sus mapas con diferencias. Las primeras civilizaciones en China utilizaban el Sur como punto de referencia en el margen superior de los mapas, dado que era el lugar donde los emperadores miraban ya que de allí provenía el viento, lo que lo hacía, según su cultura, el punto cardinal ideal. Los antiguos egipcios, por su parte, utilizaban al Este como el punto clave debido al significado que tenía para ellos el amanecer. Los primeros cristianos también utilizaban el Este, mientras que los musulmanes posicionaban el Sur como punto de referencia, en dirección a La Meca.
El Norte quedó posicionado en su actual puesto con el mapa de Mercator, en 1569. Este mapa se considera clave por ser el primero que tomó en cuenta la curvatura de la Tierra, además de ser el precedente de los mapas que utilizamos hoy en día.
Al situar a Europa en el centro y en la cima del mundo, el eurocentrismo determinó la situación cardinal para el resto de la historia. La respuesta de cómo se llegó a tener al Norte como referencia es, por lo tanto, algo que tiene que ver exclusivamente con una mentalidad histórica de superioridad europea.
De momento, los mapas "puestos de cabeza" están ganando terreno. Estos son fáciles de encontrar en Internet y son apoyados por varios expertos que consideran que el mundo se puede ver de nuevas perspectivas, que le den un perfil renovado y, en cierta manera, inexplorado.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá