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Manteca de maní, una receta para hacer frente a la crisis
Empezó con $30 a fines del 2004 después de perderlo todo en la crisis económica de 2002. Mariela Aristimuño está al frente de Manita, la primera línea nacional de productos naturales, sin colesterol, a base de manteca de maní, pasta de ajo, de sésamo o de aceitunas que también pueden comer diabéticos, hipertensos y celíacos. La receta es un secreto de familia que hoy se distribuye en todo el país y se proyecta exportar a distintas regiones de Argentina y Brasil. La línea le demandó a Aristimuño “mucho trabajo y tiempo”, pero hoy su familia encontró en estos productos hasta una forma de vida.
Todo comenzó cuando Aristimuño asistió en 2004 a un curso gratuito de la Intendencia de Maldonado sobre manipulación de alimentos, donde el médico veterinario, Nilo Perdomo, comentó las virtudes de la manteca de maní. Apuntó que en Uruguay nadie la producía a pesar de sus bondades. “No podía creer lo que escuchaba…, ¡yo sabía hacer manteca de maní!; era una receta que mi amiga Linda Glass me había pasado cuando nuestros hijos eran chicos para mantenerlos bien alimentados. Ese mismo día compré 100 gramos de maní para llevar una muestra a la clase”, narró Aristimuño.
Su pasta de maní fue del agrado de todos los compañeros de curso. Perdomo ofreció que el producto fuera analizado en Bromatología de la comuna donde le asignaron un número de habilitación para su comercialización (“el 32386”, especificó Aristimuño).
Sus primeros tres productos los vendió a la almacenera de la esquina de su casa. Convencida de que su creación era “buena y ofrecía grandes ventajas”, con el dinero de la venta compró un kilo de maní y seis recipientes para envasar el preparado, que vendió en una granja de la zona. Esa fue la zambullida en un nicho de mercado que parece todavía inexplorado en Uruguay. Hoy Manita vende más de 1.000 kilos al año.
Sombras y milagros
El obstáculo que los persiguió durante el proceso de crecimiento del negocio fue el desconocimiento de la manteca de maní en Uruguay. “La gente no sabía lo que era. Hice degustaciones con la colaboración de mi hija en cada almacén donde distribuimos los productos”, recordó Aristimuño.
Mientras tanto, su esposo y el novio de su hija se dedicaban a etiquetar los productos y hacer las entregas de los pedidos. Hoy con una gran sonrisa Aristimuño celebra “el éxito rotundo del emprendimiento” que definió como “un milagro”. “Dios nos dio la fuerza de trabajar día y noche por cinco años hasta volver a tener todo y más de lo que habíamos perdido en 2002”, comentó.
Para la propietaria de Manita el éxito es “haber superado las dificultades, mantenernos unidos en familia en los momentos difíciles”.
Además del apoyo familiar, contó con el asesoramiento del LATU, que ayudó a perfeccionar la manipulación de los alimentos, y realizó visitas técnicas en el lugar de fabricación ubicado en la ciudad fernandina de San Carlos.
Desde el Centro Nacional de Mujeres y la Red Winner la impulsaron a tomar varios cursos claves en marketing y diseño y participar en eventos como la Criolla y la Rural del Prado, feria del Parque Rodó en diciembre y de La Paloma, y las ferias de la alimentación de la intendencia de Maldonado y Montevideo.
Distribución
En la empresa familiar trabajan entre tres y 10 personas según cuan cerca de la temporada turística se encuentren. Sus productos se pueden ubicar en la cadena Tienda Inglesa, casas naturistas o realizar un pedido desde cualquier punto del país sin cargo (ver claves). El cliente recibirá su pedido por El Correo o a través de una encomienda una vez que se abona en Abitab o cuenta en el BROU.
Existe una alta distribución en Maldonado, Rocha y Montevideo, aunque llega a todo Uruguay. La perspectiva es “afianzarse en el país y exportar hacia Argentina y Brasil”, afirmó Aristimuño. Planean producir chocolate vegetal en barra y bombones sin agregado de grasa animal.
Sus productos son preferidos por quienes tienen “buen gusto para alimentarse y cuidan su salud”. En especial lo buscan los veganos, naturistas y macrobióticos.
Puertas abiertas
Aristimuño reconoce que las recomendaciones de la Asociación de Celíacos del Uruguay y el Ministerio de Salud Pública, le abrieron nuevas puertas en el mercado. Todas las presentaciones son sin conservantes ni químicos. Alcanza con que se conserven en la heladera una vez abiertos.
En tanto, la licenciada en Nutrición, Chandra Balusu, indicó que dos cucharadas de manteca de maní por día contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares, formación de cálculos, la diabetes tipo 2, el Alzheimer y ciertos tipos de cáncer.
