Celulares que distraen y tecnología que no sustituye la enseñanza presencial, concluye informe de Unesco presentado en Uruguay

Estas son algunas de las conclusiones de un nuevo informe mundial sobre la tecnología en la educación que la Unesco presenta este miércoles en Montevideo, y que da cita a al menos 18 ministros de Educación.

“La revolución digital contiene un potencial inconmensurable pero, al igual que se ha advertido sobre cómo debe regularse en la sociedad, debe prestarse una atención similar a su uso en la educación”, advierte Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, quien en tiempos de Chat GPT y luego del impacto de la pandemia del covid-19 reafirma que “las conexiones en línea no sustituyen a la interacción humana”.

Hubo un tiempo en que se pensaba que el aterrizaje de las nuevas tecnologías en las aulas eran pura ganancia. Las instituciones empezaron a invertir en equipos, en conectividad, en clases virtuales. Pero ahora, en que la mitad de los liceos en el mundo cuentan con internet para fines pedagógicos (en Uruguay supera el 90%) y que el 66% de los pobladores son usuarios de la red, los expertos internacionales insisten en que llegó el momento de poner el énfasis en los usos de la tecnología, evaluar los aprendizajes y evitar los perjuicios.

¿Por qué? “No existen muchas pruebas sólidas sobre el valor añadido de la tecnología digital en la educación. La tecnología evoluciona a un ritmo mayor del que es posible evaluar: en promedio, los productos de tecnología educativa cambian cada 36 meses. La mayor parte de la evidencia procede de los países más ricos. En el Reino Unido, el 7% de las empresas de tecnología educativa habían llevado a cabo ensayos controlados aleatorizados, mientras que el 12% había recurrido a certificación de terceros. Según una encuesta realizada entre docentes y administradores de 17 Estados de Estados Unidos, solo el 11% había solicitado pruebas sometidas a revisión externa antes de la adopción. Muchas de las pruebas proceden de quienes intentan vender la tecnología. Pearson financió sus propios estudios para refutar análisis independientes donde se demostraba que sus productos no tenían ninguna incidencia”, reza el informe de Unesco al que tuvo acceso El Observador.

Según el ministro de Educación Pablo Da Silveira, “el mundo está dejando atrás la edad de la inocencia en relación a las nuevas tecnologías. Es verdad que (la tecnologías) abren grandes oportunidades, como se vio desde el inicio, pero también es verdad que implican riesgos preocupantes”. 

Como ejemplo de esta tendencia que es histórica, Da Silveira cita la invención del automóvil que trajo enormes ventajas (transportar rápidamente a personas que necesitan atención médica urgente), pero también trajo los accidentes viales, los embotellamientos, los problemas de contaminación. Por eso, dice, “el desafío, como siempre, es aprovechar las ventajas minimizando los riesgos”.

Uruguay, que dentro de su incorporación de tecnología y conectividad sigue siendo “de los mejores de la clase”, había tenido este baldazo de agua fría en las pruebas que demostraron que la tecnología no mejoraba los aprendizajes en las disciplinas básicas. De hecho, la transformación de Ceibal cabalgó a la par de esa nueva evidencia. El informe reza: “A diferencia de la mayoría de los países, Uruguay evaluó el impacto de la inversión en dispositivos, que no tuvo mejora del aprendizaje en lectura y matemáticas. Otro estudio encontró que el Plan Ceibal no aumentó la atención educativa ni la proporción de estudiantes de ciencia y tecnología en la educación superior. Y en respuesta a estos hallazgos, Ceibal cambió su énfasis a proyectos interdisciplinarios y competencias transversales”. Es entonces que empezó a notarse cómo, controlando el nivel socioeconómico, la plataforma Crea arroja resultados favorables en los desempeños de lectura.

No solo eso: "el programa Ceibal en Inglés ha demostrado que con enseñanza online mediante videoconferencia se puede lograr niveles equivalentes o superiores a los de la enseñanza presencial", dice una evaluación de la propia Ceibal.

“Creo que vamos comparativamente adelantados en el camino del uso educativo de las nuevas tecnologías, y también en el del uso responsable. Aunque siempre falta, claro”, dijo el ministro Da Silveira.

El informe de Unesco que dará lugar a dos días de debates en un hotel de Pocitos, señala al respecto que “la tecnología ofrece la esperanza de una educación a millones de personas, pero excluye a muchas más”. Por ejemplo: el 87% de los adultos con deficiencia visual indicaron que los dispositivos de tecnología accesible estaban sustituyendo a las herramientas de apoyo tradicionales. En casi 40 países se recurre a la enseñanza radiofónica. En México, un programa que combinaba clases televisadas con apoyo en el aula aumentó un 21% la matriculación en escuelas de educación secundaria. En la pandemia el aprendizaje a distancia tuvo un alcance potencial de 1.000 millones de estudiantes, pero no logró llegar a un mínimo de 500.000, lo que equivale al 31% de los estudiantes de todo el planeta.

“Debemos aprender de nuestros errores pasados al utilizar la tecnología en la educación para no repetirlos en el futuro,” afirmó Manos Antoninis, director del informe. “Debemos enseñar a las y los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella; a tomar lo que necesiten de la abundancia de información, pero a ignorar lo que no es necesario; a dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante, las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje”, afirma Manos Antoninis, director del informe y que se hizo presente en Uruguay.

Uno de los debates abiertos en esta oportunidad es el uso de los teléfonos inteligentes. “Los smartphones en las escuelas han demostrado ser una distracción para el aprendizaje, sin embargo, menos de una cuarta parte de los países a nivel mundial prohíbe el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas. Sólo Colombia y Guatemala lo hacen en América Latina y el Caribe”, advierte el informe. Pero, a la vez, este dispositivo, por su tamaño y precio, es de los que está expandiendo más rápido el acceso a la educación en miles de niños.

El Observador había informado de la pausa que hizo el sistema educativo sueco en la incorporación de tablet en los salones de clase. Es un ejemplo del punto bisagra que está transitando la enseñanza global.

El debate está sobre la mesa. Según Leandro Folgar, presidente de Ceibal, “haber logrado que Uruguay sea el país elegido para presentar un informe mundial de estas características muestra el destacado lugar que ocupamos en el panorama internacional, sobre todo por lograr mantener, en un contexto de emergencia, la continuidad pedagógica. En el mismo informe internacional, la Unesco destaca a Uruguay como ‘un país que es ampliamente reconocido por su postura pionera en tecnología en la educación’. A través de Ceibal, estudiantes y docentes tuvieron acceso a entornos virtuales de aprendizaje, plataformas de matemática, una biblioteca digital nacional, capacitación y apoyo”.