Cada tres años la educación se mete en portada en todo el mundo. Las pruebas PISA dan a conocer realidades que se analizan en los 79 países y economías evaluadas. En Uruguay, el debate es en función de las caídas y subidas de los indicadores en relación a la medición anterior y como se posiciona el país en el contexto regional. Pero hay una realidad que, informe tras informe, se mantuvo casi incambiada a lo largo de las últimos ciclos: en Uruguay, la desigualdad en los desempeños educativos continúa latente.
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