¿Cómo fue que Milei pasó de comparar al Papa con el Diablo, y ahora están a los besos y a los abrazos? ¿Cómo fue que El Papa, en una nota con Gustavo Sylvestre, emparentó a Milei con Hitler, y ahora lo recibe durante 70 minutos? La respuesta es: porque ambos se necesitan.
Cada uno necesita al otro para ganar su correspondiente Guerra Santa. Francisco necesita a Milei en su cruzada contra el aborto. Y Milei comprende que no se puede pelear con el líder del catolicismo en el mundo y con una comunidad de católicos, en la Argentina, que ascendería a más de 30 millones de personas.
Es más: Milei necesita a Francisco para que las organizaciones vinculadas a la iglesia, como Cáritas, lo ayuden a llegar con los alimentos a los más necesitados.
¿Eso signfica que Milei va a ceder en su lucha contra la casta? No. Lo dejó bien claro en el programa de radio de Marcelo Bonelli, cuando le dio para que tenga al gobernador de Córdoba, Martín Llaryora.
Ni el Papa ni el presidente son ingenuos. Francisco sabe que si enfrenta a Milei a 60 días de haber asumido, la paciencia de una buena parte de los católicos argentinos a los que representa puede agotarse, con facilidad. Y Milei entiende que tiene demasiados frentes abiertos, como para andar peleándose con una corporación cuya influencia real sigue siendo indubitable.
Se siente más cómodo peleándose con Lali Espósito. O exponiendo a Dillom, el artista que pidió que lo maten al ministro de Economìa, Luis Caputo.
En los próximos días caerá lluvia ácida sobre cualquier artista que se atreva a defender la cultura a través del pago de actuaciones por parte del Estado. A Milei no le importa el costo político a pagar por eso.
Está más urgido en concretar una fusión, coalición o alianza con Mauricio Macri y el resto del Pro. Milei reza para que Macri y Patricia Bulrich se pongan de acuerdo y no compitan por el liderazgo.
Dice el presidente: “Es algo en lo que no puedo ni quiero meterme”. Y Macri repite: “El acuerdo tiene que ser orgánico. Hay demasiada gente en el medio queriendo que todo se vaya la a miércoles”.
Entre la gente que quiere que se pinche el globo se ubica, en primera fila, Cristina Fernández. Así interpretan Milei y Macri la incursión de la ex presidenta, de la mano del periodista militante de la pauta oficial y el apriete a empresarios, Roberto Navarro.
Algunos kirchneristas desorientados se preguntan por qué Cristina elogia tanto a Milei. Y ahora, por qué Francisco lo trata con manos de seda.
La respuesta lógica es: porque más allá de las prevenciones que sigue teniendo, entiende que Milei no miente.
Y a eso, el Papa, lo considera un activo. Un soldado para la Guerra Santa que jamás abandonó.
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