Topolansky y Novick propusieron dividir a Uruguay en cinco o seis regiones.

Nacional > Burocracia

¿En qué departamento hay más funcionarios públicos? 

Flores encabeza la lista con una de cada siete personas en edad de trabajar con un vínculo con la administración pública
Tiempo de lectura: -'
18 de agosto de 2023 a las 05:01

Flores es un departamento. Eso es lo primero que se dice de este enclave en el centro-sur de Uruguay cuya población cabe en una sola tribuna del Estadio Centenario. En Flores el principal cultivo no son las flores, de hecho el nombre hace referencia al brigadier Venancio Flores. Y en este departamento la principal actividad es trabajar para el Estado: cada siete habitantes en edad de trabajar hay un vínculo de funcionario público.

Canelones es otro departamento de Uruguay, el segundo más poblado del país, y su nombre no refiere a la variedad de pasta, sino al árbol indígena “canelón”. Al contrario de Flores, allí existe la menor tasa de funcionarios públicos del país: hay un vínculo con el Estado cada 94 habitantes en edad de trabajar.

Estos son los dos departamentos extremos en el tercer país de Sudamérica —solo superado por Venezuela y Argentina— con más funcionarios públicos per cápita.

“Es probable que exista un relación entre la tasa de funcionarios públicos y las posibilidades de empleo en esos departamentos”, explica el Conrado Ramos, director de la Oficina Nacional de Servicio Civil, la institución que publicó los datos, aunque reconoce que “en Uruguay no hay investigaciones académicas que confirmen esa hipótesis aún”.

Esta apreciación tiene consistencia si se tiene en cuenta que los departamentos de la costa sur de Uruguay, los más “desarrollados” a juzgar por sus indicadores, son los que tienen menos proporción de funcionarios públicos.

¿Y la capital? Uruguay padece un “macrocefalismo”, porque más de la mitad de la población y, sobre todo, la vida administrativa y política del país se circunscribe a Montevideo. De ahí que la capital del país sea una de las áreas con más funcionarios públicos de la Administración Central —hay que tener en cuenta que la mayoría de oficinas centrales están en este departamento—, pero es, a la vez, el gobierno departamental con menos vínculos de funcionarios per cápita.

Como ocurre con la tasa de funcionarios en general, Flores está en el podio de más empleados municipales en relación al tamaño de su población, aunque lo supera por un caso cada 10.000 la Intendencia de Río Negro.  Sí es la Intendencia con más vínculos con aquellos que no están presupuestados como funcionarios públicos.

¿Tiene sentido tamaña burocracia para tan poca población? Cuentan que en el comienzo de la administración del frentamplista José Mujica, había largas conversaciones entre el novel presidente y su asesor Francisco Vernazza en el piso 11 de la Torre Ejecutiva. Ambos —político y publicista— coincidían en que Uruguay se debía una reducción del aparato del Estado.

Vernazza no recuerda si llegó a discutir con Mujica la necesidad de fijar menos divisiones políticas sobre el mapa uruguayo que los 19 departamentos que existen hoy. Un informe de la Unión Europea entregado unos años antes refería a que el país debía ser partido en no más de cinco regiones para que funcione la economía a escala. Pero el publicista sí rememora un diálogo con el expresidente:

—Pepe, vos que sos blanco (en referencia al pasado partidario de Mujica y el rol del Partido Nacional contra el estatismo batllista), tenés que degollar a este exceso de funcionarios públicos.

—Imposible, para eso se necesita un napalm (la gasolina usada en bombas incendiarias).

La esposa de Mujica, la exsenadora Lucía Topolansky, llegó a referirse al tema: “La división política del país es absurda así como está. Deberíamos ir hacia la regionalización”. Una postura que encontró coincidencias con el otrora candidato a presidente Edgardo Novick: “"Achicar el Estado nos permitirá que haya menos impuestos y bajar tarifas, además de atraer a inversores”.

En este sentido, liberales y anárquicos de izquierda suelen coincidir. Ramos, quien es profesor titular en Ciencias Políticas (y cuyo cargo de dedicación total tiene en suspenso mientras ejerce como director de la ONSC), explica que “existe otra mirada que es aquella que entiende que a mayor cercanía con la población, y por ende más burocracia, existe más representatividad en una democracia”. Es decir: el tercer nivel de gobierno, los municipios, generaron más burocracia, pero acercaron soluciones a varios vecinos.

En Montevideo, el municipio más populoso (el “A”) es el que cuenta con una menor tasa de funcionarios públicos. En cambio el “B”, en la zona histórica y céntrica de la capital, es la que concentra mayor tasa.

Javier Milei, el candidato que consiguió más votos en las internas de Argentina, apuntó en su campaña electoral contra los funcionarios públicos de su país. "No vamos a echar a los empleados públicos, se van a ir solos al sector privado que pagará mejores salarios", dijo en uno de sus discursos. En otro insistió con que “la motosierra no tiene que quedar, también hay que terminar con ese oxímoron llamado 'empresas públicas'”. Y más tarde refirió a que el “Conicet (organismo promotor de la investigación científica en Argentina) tiene 35 mil personas y la NASA, 17 mil”.

Tras los resultados electorales del pasado domingo, el periódico La Nación publicó un mapa de distribución de votos según los municipios que tienen más o menos empleados públicos.  Y Libertad Avanza, el partido de Milei, fue el más votado entre los municipios con menos cantidad de empleo público, mientras que el oficialismo de Unión por la Patria ganó en aquellos municipios con más funcionarios públicos.

Si esa misma lógica —que por ahora es una correlación, no necesariamente una causalidad— se aplicase a los departamentos uruguayos, en Flores es difícil que gane Milei.

Pero Ramos explica que “no hay estudios sobre cómo es el comportamiento electoral del funcionario público uruguayo”. El académico insiste en que “mucho se habla” sobre la capacidad del Partido Comunista de movilizar estructuras por su buena llegada con los sindicatos, o sobre las chances de que los oficialismos del interior que están más tiempo en el poder cuentan con más chances de que los funcionarios públicos sigan apoyando a ese oficialismo. Pero lo cierto es que el voto sigue siendo secreto y aquello que pasa en las urnas no siempre es el reflejo de los prejuicios o los dichos.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...