El mes de diciembre empieza con combustibles más baratos en Uruguay. El Poder Ejecutivo anunció este jueves los precios que regirán al público desde este viernes 1° de diciembre en todas las estaciones de servicio del país.
El precio máximo de venta al público para la nafta Súper 95 baja $ 2, y pasa de $ 77,54 a $ 75,54 por litro. En tanto, el precio máximo del gasoil 50S también se abarata $ 2, y pasa de $ 59,39 a $ 57,39 por litro.
Como adelantó El Observador, los precios internacionales en la costa del golfo de México en EEUU -referencia para Uruguay- tuvieron descensos en el último mes móvil, en un escenario marcado por el abaratamiento del petróleo a nivel global.
Esa variación se reflejó en el informe mensual de Precio Paridad de Importación (PPI), que elabora la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea). Ese es un insumo que luego utiliza el Poder Ejecutivo para tomar la decisión, junto con las proyecciones financieras de Ancap y otros aspectos de la coyuntura económica.
"El Poder Ejecutivo continuará monitoreando la evolución de las variables energéticas internacionales, con el compromiso salvaguardar la actividad económica y el poder adquisitivo de los hogares uruguayos", señaló el comunicado oficial.
En noviembre las autoridades habían optado por congelar los precios de todos los combustibles. Eso implicó que el litro de nafta Súper quedara $ 1,94 por encima del PPI, mientras que el litro del gasoil se situó $ 0,16 por debajo de la referencia internacional.
Desde el mes de setiembre la refinería de Ancap dejó de producir y se encuentra en plena parada de mantenimiento, lo que implica un menor margen de maniobra para manejar las fluctuaciones de las cotizaciones internacionales. Los combustibles refinados que se comercializan actualmente son importados, y se depende enteramente de los precios de origen. Esto se mantendrá de esa manera al menos hasta finales de marzo.
En todo el proceso de la parada técnica trabajan más de 450 personas de la empresa en distintas tareas de mantenimiento, refacción, limpieza, recambio de piezas y reconstrucción, entre otras. Además, trabajan alrededor de 1.000 contratistas dentro de la planta de La Teja.
Entre los cambios y actualizaciones más relevantes están siete nuevas bombas, la unidad de cracking que experimentará un “salto tecnológico muy significativo”, según Ancap, una actualización de la antorcha y numerosos trabajos de adecuación y mantenimiento.
La inversión total es de US$ 79 millones . De esta cifra, US$ 67 millones se destinarán a la actualización del cracking catalítico, que incluye los contratos de los trabajadores, US$ 5 millones en materiales y equipamiento importado, y US$ 7 millones para el pago de horas extras, según informó el ente esa semana.
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