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Jefe del Estado Mayor de Armada recomienda comprar patrulleras oceánicas al astillero español Gondan
Un documento firmado por el jefe del Estado Mayor de la Armada, contralmirante Gustavo Musso, analiza las diversas ofertas que existen para la compra de lanchas patrulleras oceánicas (OPV), las compara con las prestaciones que deberían tener y concluye que la más favorable es la del astillero español Gondan.
El informe está dirigido al comandante en Jefe de la Armada, contralmirante Jorge Wilson, está fechado el 31 de mayo y está en poder de todos los almirantes de la fuerza, según pudo saber El Observador.
Igualados en un segundo puesto, Musso califica a los astilleros Cotecmar, de Colombia, y Kership, de Francia. Detrás de ellos, sitúa a Hyundai, de Corea del Sur.
Mientras tanto, la propuesta del armador español Cardama es considerada la peor de las analizadas, en el quinto y último lugar.
Según fuentes de la Armada, ese astillero de la ciudad de Vigo fue visitado recientemente por el subsecretario de Defensa Nacional, Rivera Elgue, y por un oficial de la fuerza, jefe del gabinete del comandante Wilson. Para las fuentes, tal visita podría interpretarse como un signo de posible aceptación de la propuesta de ese astillero.
Consultado por El Observador, Elgue no quiso confirmar su visita ni dar más detalles. “Yo fui de misión oficial a España, cuando volví le hice mi informe al ministro. De lo demás no voy a hacer ningún comentario”.
Elgue vistió España entre el 17 y el 19 de mayo para participar de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad, pero no fue posible comprobar que efectivamente haya visitado el astillero gallego.
Cardama, según el análisis, falla en varios puntos centrales considerados básicos por el jefe de Estado Mayor: no ha construido buques del tonelaje que necesita Uruguay en los últimos seis años, carece de experiencia en la construcción de patrulleros de alta mar en los últimos 15 años y tampoco ha construido al menos un casco de patrullera como el que está ofertando.
Por otra parte, la oferta del astillero chino CSSC no fue siquiera considerada apta para ser tomada en cuenta por Musso. Y la del holandés Damen no fue analizada ya que fue presentada en 2022 y el Estado Mayor “no tuvo acceso” a ella.
Ni prototipos ni experimentos
El documento establece una serie de criterios a tener en cuenta para seleccionar la mejor oferta. Señala que “es imprescindible garantizar” que se compre “un casco probado, construido y en operación, de manera de no aceptar un prototipo”.
Al respecto recuerda los problemas que le dieron a la Armada los timones de los tres guardacostas de la clase Vigilante, que eran “prototipos construidos en Francia para Uruguay”.
Además, Musso establece que los barcos deberán ser construidos en “acero naval acorde a las normas”, tener cubierta para helicóptero y un “casco subantártico reforzado” que permita operar en la base uruguaya en ese continente. También 6.000 millas náuticas de autonomía a velocidad de patrulla y una velocidad máxima mayor a 20 nudos.
Respecto al astillero, Musso establece que el que pretenda ser seleccionado “debe acreditar antecedentes de construcción de patrulleros oceánicos, además de actividad sostenida en la construcción de estos u otros buques en la última década o quinquenio, en sus propias instalaciones”.
También señala que debe dar prueba de “cumplimiento de contratos a término, cartera de clientes, entregas realizadas y certificaciones de calidad”.
Musso afirma que es necesario evitar que la compra de las patrulleras se transforme en “un experimento a costa de los recursos del Estado”.
El jefe del Estado Mayor pide tomar en cuenta el tamaño del astillero seleccionado porque empresas muy grandes no siempre “entienden fácilmente los reparos o puntos de vista locales”.
“Esa dimensión de astillero, independiente de su capacidad o calidad de producción, también dispone normalmente de un equipo de abogados con especificidad en varias áreas vinculadas al contrato, proyecto y construcción, lo cual no dispone la Armada”, agrega Musso. “Esto conlleva a que, en caso de desavenencias o diferencias importante que surjan, no es fácil contrarrestar una estructura preparada específicamente para tal fin”.
Además, Musso pide “dar preferencia a los astilleros de habla hispana, ante igualdad de capacidades”.
“Esto se debe a una realidad en nuestro personal: el nivel de inglés, y más aún francés u otras lenguas, es en promedio regular y bajo, tal como lo demuestran los registros de evaluación, donde se pierde año tras año el acceso a cursos de capacitación en el exterior y a puestos de staff en misiones de paz, por falta de niveles mínimos aceptables”
“Este aspecto –continúa- impacta en el nivel de entendimiento al momento de redactar un contrato y establecer garantías, intercambiar opiniones técnico profesionales sobre sistemas a instalarse, análisis de planos y prestaciones a integrarse, interacción con los ingenieros en el día a día o ante proveedores de equipos, ajustes o desavenencias que se planteen en el desarrollo del proyecto/construcción, capacitación en reparaciones y mantenimientos específicos, adiestramientos sobre operación e integración de sistemas modernos y de la operación del buques en general”.
Musso parte de la base que se podrán gastar en las dos OPV unos US$120 millones como máximo, tomando en cuenta dichos anteriores del ministro de Defensa Nacional, Javier García. Por eso no consideró en su ránking a las ofertas recibidas que exceden ese monto.
Además, el documento explica que la oferta proveniente de la firma CSCS, de China, no puede ser considerada tomando en cuenta factores geopolíticos.
“El seguimiento del proyecto se verá dificultado por los costos de traslado desde y hacia el astillero en CSSC, tanto de los técnicos asignados a la supervisión del proyecto, como de las tripulaciones, lo cual no es solventable con el actual presupuesto que asigna el Ministerio de Defensa Nacional a la Armada”.
Musso recuerda que “la importación del parabrisas de un ómnibus donado por la embajada de la República Popular China, demoró nueve meses en llegar a Uruguay. Si ello sucediese con una pieza vital del patrullero, el mismo estaría ese tiempo fuera de servicio”.
Compra conflictiva
No fue posible obtener un comentario de las autoridades del Ministerio de Defensa respecto del análisis firmado por Musso.
En cambio, la senadora frenteamplista Sandra Lazo, presidente de la Comisión de Defensa Nacional, dijo saber del documento.
“No conozco el contenido del informe, sí sé de su existencia”, afirmó la legisladora. “Entiendo que como jefe de Estado Mayor, el informe de Musso, ya sea en acuerdo o discrepancia, será una herramienta más desde el punto de vista técnico para tomar definición. No creo que deba ser vinculante”.
El 7 de marzo el embajador de China, Wang Gang, le manifestó al ministro García, el “descontento” de su gobierno por cómo ha sido el procedimiento de compra de buques tipo OPV para la Armada.
El 31 de enero, García anunció que el gobierno declaró desierta la licitación debido a que las ofertas recibidas –de CSSC, Kership y la firma holandesa Damen– superaban “significativamente” los montos previstos para la compra.
El gobierno realizó entonces un “llamado a precios”. En ese marco, García anunció entonces que se exploraba “seriamente” adquirir dos o tres buques noruegos usados de la clase Nordkapp, de 3.200 toneladas y 105 metros de eslora cuyo costo es más bajo.
Sin embargo, el calado y otras dimensiones de esas naves no los hacen aptos para ser reparados en Uruguay, dijeron fuentes de la Armada.
La compra de patrulleras oceánicas fue anunciada por el presidente Luis Lacalle Pou en diciembre de 2021. De acuerdo al pliego de la licitación, el astillero ganador debía entregar el primer buque en junio de 2024.
