Elon Musk
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

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La biografía de Elon Musk llegó a las librerías uruguayas: ¿vale la pena leerla?

El escritor Walter Isaacson acompañó al empresario durante dos años para escribir este repaso sobre su vida
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08 de octubre de 2023 a las 05:00

El autoproclamado salvador de la humanidad es pésimo en el trato con las personas. Es el hombre más rico del mundo, pero afirma que no le interesa el dinero, que sus intereses son más altruistas. Está obsesionado con abaratar costos y acortar plazos de trabajo para llegar a sus objetivos antes de que el planeta colapse, y está igualmente preocupado por la crisis poblacional, el cambio climático y el potencial destructivo de la inteligencia artificial.

Elon Musk es un personaje tan complejo como fascinante, y es un nombre fundamental de estos tiempos: no solo porque busca llevar a la humanidad al espacio, crear robots autónomos o autos eléctricos de consumo masivo, sino también porque ahora es el dueño de una de las plataformas más grandes de internet: Twitter, a la que rebautizó X y que le genera tanto entusiasmo como dolores de cabeza.

En esa cabeza se metió Walter Isaacson, un periodista y docente que además de una ilustre carrera en los medios (fue, por ejemplo, director del canal CNN), se hizo conocido por sus libros biográficos sobre diferentes innovadores –algunos dirían “genios”— de ayer y hoy, como Albert Einstein, Leonardo da Vinci y Steve Jobs, la más famosa del conjunto y la que fue adaptada al cine en 2015.

Isaacson contó con acceso privilegiado al día a día del empresario durante dos años. Estuvo ahí cuando decidió comprar Twitter, en los lanzamientos de sus cohetes, en sus momentos de crisis y en sus triunfos. También habló largo y tendido con él, con su familia, con parejas y exparejas, colegas, amigos y empleados de primera línea –nunca con empleados de a pie– además de acceder a correos, mensajes y demás intercambios virtuales para retratar al hombre a lo largo de unas contundentes 700 páginas.

Sí, este es un texto extenso, pero la corta duración de los capítulos y el tono de la narración de Isaacson hacen que la lectura sea ágil y entretenida, aunque hay una intención de detenerse en tantos eventos que la sensación final es que hay algunos relatos redundantes, o que tal nivel de detalle es un poco excesivo para pintar el perfil de Musk.

Grandes revelaciones

La portada del libro

Como un analista freudiano, Isaacson va a la infancia del dueño de Tesla, SpaceX y otras cuatro empresas para encontrar los traumas que han definido su forma de pararse ante el mundo. Musk nació en Sudáfrica, hijo de una modelo y reina de belleza de raíces canadienses, y de un ingeniero y piloto que en paralelo recibía esmeraldas de contrabando de un contacto que poseía una mina.

Un padre violento, que se ponía del lado de los que le pegaban a su hijo en la escuela –pero con el que sin embargo eligió vivir en un momento de su infancia, luego de que sus padres se divorciaran—, una infancia cargada de bullying y marcada por la creencia de que el resto de su entorno eran “estúpidos”; un consumo de videojuegos y ciencia ficción que se ha extendido hacia su adultez, y una fascinación por esos universos que marcaría también sus ambiciones adultas. Ambiciones que se disparan cuando, financiado por sus padres, se va a vivir primero a Canadá y luego a Estados Unidos durante su etapa universitaria. Musk muestra su enojo con la idea de que su camino a ser la persona más rica del mundo empezó con el respaldo familiar, pero Isaacson deja claro que aunque se presente como un hombre hecho a sí mismo, eso no es así.

Esa infancia compleja, sumada a un Asperger autodiagnosticado, son los puntos de partida de un “hombre-niño” caprichoso, malo en las relaciones interpersonales, que genera incomodidad al resto y perpetuamente actúa de forma impulsiva, para luego arrepentirse.

El libro también deja claro que Musk es un hombre movido por sus obsesiones, al punto de no solo estar dispuesto a quemar millones y millones en cohetes que explotan o sistemas que fallan porque su interés está en garantizar un futuro para la humanidad, que para él será interplanetario y asistido por inteligencia artificial, sino también a llevar al límite a sus empleados, por no decir explotarlos, con tal de cumplir sus objetivos.

También hay en el libro múltiples escenas que muestran a un Musk agresivo, violento e impulsivo, que echa empleados a diestra y siniestra si lo contradicen, o que propone fechas de entrega imposible para azuzar a sus trabajadores a costa de todo. Trabajar en una de sus empresas, queda claro, es poner en riesgo la vida familiar y la salud mental.

En una entrevista con el diario español El País, Isaacson consideró que Musk “a veces se engaña a sí mismo, como con un complejo de superhéroe", pero que cree "que le mueven esas misiones".

"Me contó que leía cómics de superhéroes cuando era niño. Decía que parecían ridículos porque llevaban los calzoncillos por fuera y vestían raro, pero que al menos intentaban salvar el mundo”, dijo el autor.

A lo largo de las 700 páginas, y dado el nivel de acceso al universo Elon que tuvo Isaacson, es lógico que haya unas cuantas revelaciones inéditas, de todo pelo y color: por ejemplo, el arrepentimiento de su decisión de comprar Twitter y los problemas que le significó, aunque luego se reconcilió con la decisión, y ahora piensa en convertir a la red social en una plataforma financiera como el WeChat chino, y en una fuente de alimentación para su chatbot y los robots en los que trabaja en otras de sus compañías.

También se revela que tuvo un tercer hijo con la artista Grimes, Techno Mechanicus (conocido como Tau), cuya existencia hasta ahora estaba oculta, algunas peculiaridades de sus relaciones de pareja, siempre tensas y marcadas por la agresión; un escándalo cuando Grimes se enteró que había donado esperma para que una ejecutiva de su empresa Neuralink tuviera gemelos sin avisarle, además de un involucramiento directo en un incidente en el conflicto entre Ucrania y Rusia, o sus duelos casi infantiles con otros millonarios tecnológicos como Bill Gates o Jeff Bezos.

¿Genio o farsante?

Revelaciones aparte, el libro de Isaacson hurga en diversas facetas para componer la imagen del personaje que retrata, desde su pensamiento político, que ha virado cada vez más hacia la derecha libertaria y a un acercamiento a teorías conspirativas —presuntamente en reacción a la decisión de su hija transgénero, Jenna, de abrazar el marxismo y cortar su vínculo con él luego de su transición—, hasta el autoreconocimiento de que se trata de un tipo que se pega “tiros en los pies” continuamente.

En cada capítulo se mueven de forma ambivalente las nociones de que Musk es un genio y un tipo despreciable. Un hombre con buenas ideas, pero capaz de socavar sus proyectos por su ambición desmedida, por algunas actitudes tiránicas, por el desprecio por la regulación y la seguridad en pos de abaratar costos y bajar tiempos de trabajo. Que el personaje público se lo ha ido devorando, y convirtiéndolo tanto en alguien con un séquito de admiradores como con personas que los desprecian de plano. El niño abusado que quiso dar vuelta la tortilla y comprar el patio, como dice que buscó hacer al adquirir Twitter (perdón, X).

Pero más allá de ese mérito de Isaacson, esta no deja de ser una biografía oficial. Si bien el escritor afirma que Musk no impuso ninguna condición en cuanto al contenido, lo cierto es que el acceso ilimitado se pagó con benevolencia. Elogios permanentes, algunas cuestiones espinosas que no se mencionan o se cuentan a la pasada, y una cierta admiración tácita hacia el personaje son elementos que están presente durante la narración de la vida del magnate.

“No creo que consigamos una comunidad en Marte en los próximos 20 años. Pero es la persona con más posibilidades de llevarnos allí en algún momento”, dijo Isaacson sobre Musk en la citada entrevista con El País. Y esa postura se repite en un libro que, más allá de algunos tibios intentos, no cuestiona el mito. Lo que no quita que sea, de todas formas, una lectura que deja varias preguntas rondando, y que sea una buena puerta de acceso a un personaje insignia de la modernidad.

Elon Musk, de Walter Isaacson. Editorial Debate. Disponible en librerías a $ 990, y en formato ebook a $ 511.

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