Días después de mudar a su familia para preservar su seguridad, Pullaro reafirma su compromiso en la lucha contra la delincuencia, destacando la importancia de mantener a los presos de alto perfil en pabellones especiales, una medida que generó tensiones.
“Recibí una amenaza a mi familia”, dijo Maximiliano. No obstante, de inmediato aclaró: “Vamos a seguir por este camino de pelear contra la delincuencia, vamos a seguir manteniendo a los presos de alto perfil en pabellones especiales, que es lo que más les molesta. Vamos a mejorar los niveles de violencia y seguridad”. Su decisión de trasladar a su familia fuera del epicentro de la violencia narco es una medida que toma con seriedad, reconociendo la tristeza y el impacto de las amenazas a su círculo más cercano.
El gobernador explica las medidas de seguridad implementadas y destaca su negativa a asignar una custodia excesiva para su familia, buscando equilibrar la seguridad con el uso responsable de los recursos policiales. Aunque lamenta la separación temporal de su familia, Pullaro sostiene que estas decisiones son necesarias en medio de un complejo escenario.
A pesar de las adversidades, el gobernador de Santa Fe confía en que, una vez que la situación se calme, todo volverá a la normalidad, considerando estos desafíos como obstáculos temporales en el camino hacia una ciudad más segura. Subraya la importancia de no permitir que unos pocos delincuentes desafíen al Estado y destaca la capacidad del Estado para abordar la violencia y el crimen organizado cuando se lo propone.
Desde su asunción, Pullaro enfrentó amenazas y tomó medidas drásticas contra narcotraficantes y sicarios detenidos, generando tensiones significativas.
El pasado 11 de diciembre, apenas un día después de su asunción como gobernador de la provincia de Santa Fe, Pullaro fue el blanco apuntado en la amenaza de muerte que sicarios dejaron en un pedazo de cartón tras balear una sucursal del banco Macro de la zona sudoeste de Rosario.
Un día más tarde, dos sicarios a bordo de una moto dispararon contra uno de los accesos del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde se atienden los casos de mayor complejidad de la ciudad y donde se recibe a gran cantidad de heridos de bala de la guerra narco local.
“Pullaro hacé caso. El misterio (sic) no va a proteger a tu familia. La vamos a encontrar. Atte: la banda del 9, Pinolandia, ATR”, decía el cartón secuestrado en la puerta de la sucursal bancaria en la que impactó el tiro. El apodo de “Pino” se vincula a un preso que fue condenado por atentados contra domicilios de jueces, policías y edificios judiciales. Hoy, “Pino” está acusado de ser el jefe de una célula de Los Monos que opera en la zona noroeste de Rosario.
La nota era similar a la que se halló en la puerta de la sucursal del banco Macro de Saavedra y Ovidio Lagos, que señalaba: “Pullaro, no te metas con el pabellón 9. Así como matamos a un policía, vamos a matar a tu familia”.
A pocas horas de su asunción, el gobernador Pullaro tomó medidas particularmente duras con respecto a los traficantes y sicarios detenidos en Piñero, la cárcel clave para el hampa rosarina. En consecuencia, los reclusos ahora mantienen comunicación con sus visitas -familiares y abogados- a través de un vidrio blindado en la Unidad Penitenciaria.
Aunque el gobernador reconoce las dificultades, mantiene su determinación en la implementación de políticas que buscan fortalecer la seguridad en la provincia de Santa Fe.
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