A casi 30 metros de profundidad, en un sector del lecho marino, se detectó un resto náufrago que, según una investigación y los primeros aportes de especialistas, podría ser parte de un submarino alemán involucrado en la Segunda Guerra Mundial. Confirmar esta hipótesis es el objetivo que se ha propuesto alcanzar el equipo de Eslabón Perdido. Esta agrupación, basándose en un dato obtenido de un testimonio, se aventuró mar adentro hacia la ubicación señalada y certificó, en principio, la presencia de algo en ese lugar que ninguna carta náutica había registrado antes.
Las imágenes capturadas en esa expedición, tanto en video como en fotografías, fueron enviadas a expertos europeos. A pesar de la escasa iluminación, estos especialistas respaldaron la hipótesis inicial: el objeto podría ser una embarcación del tipo U Boot Clase IX, que formó parte de la flota de la Kriegsmarine, la fuerza naval de la Alemania nazi.
Abel Basti, miembro y vocero de Eslabón Perdido, explicó a La Nación: "Estamos muy cerca de lograr una prueba contundente". Basti, quien cuenta con una amplia experiencia en la investigación del potencial militar de la Alemania nazi, lidera este esfuerzo.
Originalmente programada para esta semana, la expedición tuvo que ser pospuesta por razones operativas. Esta misión, que cuenta con la autorización de Prefectura Naval Argentina, utilizará unidades subacuáticas, en particular vehículos tipo ROV (Remotely Operated Vehicle), para alcanzar nuevamente el sitio de interés y realizar un análisis más detallado.
La financiación y promoción de la misión provienen de la Fundación Reitich, mientras que los trabajos en el mar y las profundidades estarán a cargo de la empresa Deepwater - ROV Inspection Services, dirigida por el ingeniero Carlos Pane. Se desplegarán dos ROV para obtener detalles más precisos sobre la estructura de aproximadamente 80 metros que yace en el lecho marino, con el respaldo de dos embarcaciones.
Todo el material fílmico y fotográfico obtenido estará disponible para una Comisión Técnica Evaluadora, integrada por los ingenieros Hernán Sotero González, Jorge Pereda y Martín Canevaro. Este último, expresidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval, confirmó en un primer peritaje que no se trataba de restos de un buque tradicional, sugiriendo la posibilidad de que sea un sumergible, según ciertas características de diseño y piezas observadas en el casco.
Fabio Bisciotti, experto de la Liga Naval Italiana, coincidió con esta conclusión. Bisciotti afirmó que, de confirmarse que se trata de un submarino alemán, sería el "descubrimiento naval más importante de la historia argentina". Considerando las condiciones observadas en la estructura, Bisciotti especuló que podría haber sido hundido y destruido de manera intencional por su propia tripulación, décadas atrás.
Para esta próxima expedición, se espera la participación desde Chile de Gilberto Opazo, investigador y experto en criminología, quien se sumará al equipo de Eslabón Perdido.
Eslabón Perdido ha contactado a diversos actores, tanto privados como estatales, así como también a autoridades alemanas, en busca de información que pueda relacionar estos restos con una embarcación nazi en una zona remota del conflicto bélico del siglo pasado.
En respuesta a las consultas, la embajada de Alemania en Argentina, a través de Constanza Corinagrato, responsable de la Sección de Política y Derechos Humanos, afirmó que "no hay indicios de que se trate de un naufragio de un submarino alemán", aclarando además que no son propietarios de esos restos.
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