Jimmy Kimmel aterrizó en la ceremonia de los premios Oscar ese domingo como el conductor de la gala de premiación más importante de la industria del cine.
Después de quitarse el paracaídas y despacharse sobre directores, actores y actrices, películas e incluso sobre la decisión de la Academia de no incluir mujeres entre las nominadas en la categoría de Dirección, se refirió directamente al último gran escándalo de la premiación.
Cuando habían pasado 14 minutos llegó una de las referencias más esperadas: la insólita cachetada que Will Smith le dio al conductor de la última edición de los premios, Chris Rock.
"Sabemos que es una noche especial para ustedes. Queremos que lo pasen bien, que se sientan seguros, pero sobre todo que yo me sienta seguro", dijo el humorista y actor desde el mismo escenario donde el año pasado Will Smith se abalanzó contra el conductor y luego recibió su primer Oscar por Rey Richard: Una familia ganadora.
"Hemos implementado políticas estrictas. Si alguien en este teatro comete un acto de violencia en algún momento de la noche, se le entregará el Oscar a Mejor Actor y se le permitirá dar un discurso de 19 minutos. Pero, en serio, la Academia ha preparado a un equipo de crisis. Si pasa algo impredecible o violento durante el programa, solo hagan lo mismo que el año pasado: nada. Se quedarán ahí sentados sin hacer absolutamente nada. Quizá incluso le den al agresor un abrazo”, bromeó Kimmel dejando una crítica hacia el manejo del escándalo en la última ceremonia.
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