Las autoridades de Ancap habían advertido que el proceso de reinicio de la refinería de La Teja —tras el paro que resolvió el gremio del ente (Fancap) el pasado martes— podía generar algún dolor de cabeza. Este jueves, en rueda de prensa, el ministro de Industria, Omar Paganini, junto al titular de Ancap, Alejandro Stipanicic, informaron de una falla en una válvula en el proceso de cracking catalítico (conversión de hidrocarburos en productos de valor agregado), algo que retrasará la puesta en funcionamiento de la refinería. Su reparación pueda demandar entre 7 y 10 días y le provocará un perjuicio millonario al ente petrolero.
Paganini explicó que se trata de una "unidad importante" de la refinería que tiene un "defecto grave" que le impide volver a funcionar como estaba previsto. "Nos parecía adecuado informar a la población. Esto no es responsabilidad del gobierno ni de la administración de Ancap, sino de una medida sindical que advertíamos en su momento del riesgo que podía haber y que hemos confirmado lamentablemente", comentó el ministro.
El titular de Industria añadió que esa falla lleva a que la refinería esté produciendo por debajo de su potencial. Además, indicó que tiene consecuencias económicas para el país porque obliga a Ancap a reforzar sus medidas de contingencias, básicamente apelar a la importación de combustibles refinados del exterior para hacer frente a la demanda interna. "Va a provocar un perjuicio (económico) importante para la empresa", aseguró.
El lucro cesante por cada día en que esté detenida la producción en La Teja será entre US$ 300 mil y US$ 500 mil. Si la planta está parada unos 10 días, el ente puede perder unos US$ 5 millones.
"El presidente de Ancap informó que han reforzado las decisiones de compra para asegurar que la ciudadanía tenga acceso al combustible que se precisa", aseguró Paganini.
El jerarca explicó que la parada no programada de la refinería provocó un "cambio de temperatura importante" en el funcionamiento del proceso cracking catalítico. Eso lleva a que algunos materiales puedan romperse. Actualmente, se está procediendo al desarme de esa unidad para identificar qué falla tuvo esa válvula que regula todo el proceso de cracking. "Quizás tiene algún material que la está obstruyendo", dijo el ministro de Industria.
El presidente de Ancap había comparado el encendido y apagado de la refinería con el de una bombilla eléctrica: "Una bombita incandescente que está prendida nunca se quema, se quema solamente cuando la prendés o apagás. En la refinería pasa lo mismo. Normalmente no pasa nada, pero cuando la apagás o cuando la prendés, es un sistema tan complejo y con tantos componentes distintos, que es altamente probable que algo falle". Los inconvenientes en ese proceso pueden demorar "dos o tres semanas" en arreglarse y, por lo tanto, los inventarios se quedarían sin margen antes de su reparación, dijo Stipanicic.
Los inventarios alcanzan para abastecer entre 15 y 20 días, según el producto.
Periódicamente, la refinería tiene paros planificados para tareas de mantenimiento. En caso de un paro imprevisto, cuanto más alejado del último mantenimiento más riesgo de falla conlleva la maniobra. La planta se detuvo con este fin por última vez en 2017 y la próxima, que será en 2023, se viene planificando desde 2019.
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