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Petri denunció que se utilizó la Industria para la Defensa para construir bancos de plazas, monumentos y stands para Tecnópolis
El ministro de Defensa Luis Petri sostuvo este martes que “en un uso irresponsable de nuestro complejo industrial militar, se utilizaron las capacidades de las Fuerzas Armadas para hacer mobiliario de plaza, vagones de trenes, stands en exposiciones en Tecnópolis, monumentos y, de manera marginal, algunas cuestiones vinculadas a la defensa”. De este modo, “en muchos casos se puso en riesgo acuerdos de provisión internacional que generaban los recursos en dólares que nuestro sistema de defensa necesita desesperadamente”.
La llamada Industria para la Defensa es un subsitsema integrado por la Fábrica Argentina de Aviones "Brigadier San Martín" SA (Fadea), la Fabricaciones Militares y el Complejo Industrial y Naval Argentino (CINAR), que agrupa a los astilleros Tandanor y Almirante Storni.
Según explicó el ministro ante especialistas reunidos en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, tras un relevamiento efectuado en los primeros meses de gestión, detectaron que “el sector productivo de la defensa no ha dado las respuestas en estos últimos años y durante la anterior gestión, o lo hacían en tiempos excesivamente largos, que no se correspondían a las necesidades operativa de las fuerzas, que demoraban en cumplir con la provisión de equipamiento acordado”.
En ese marco, el ministros se refirió al Fondef, el fondo de afectación específica creado por ley en 2020 para financiar el proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas, mediante la recuperación, modernización y/o incorporación de material.
Como ejemplos de cómo se gastó el Fondef, Petri mencionó el Proyecto de Dique 2 de Puerto Belgrano contratado con Tandanor, por el que se pagó el 80% de la obra, unos 1.126 millones de pesos, pero “el ejecutado es cero pesos”. O la corbeta Parker, cuya modernización se le encargó a Tandanor: se pagó el 94% del proyecto, 5.400.000 dólares de los 5,8 millones pactados, pero sólo se ejecutó el 27%. El proyecto Base Naval integrada de Ushuaia: se pagó el 100% del proyecto, 258.000.000 de pesos, sólo se ejecutó el 26% del proyecto. En el caso de las aeronaves Pampa III: "se pagaron 69 millones de dólares y se entregó materiales por el 30% del proyecto. También mencionó el desarrollo del IA-100 “Malvina”, que fue anunciado como "un nuevo avión de producción nacional”: “se pagó el 94% del proyecto, 10 millones de dólares, y se entregó sólo el 3%”.
“Claro que fue beneficioso el Fondef y fue importante su establecimiento por ley”, sostuvo el ministro, pero “no ha logrado revertir la falta de equipamiento y el reemplazo del material obsoleto”. “Sus recursos se usaron para cubrir los rojos de las empresas de la defensa, suplantar los magros presupuestos, la compra de efectos menores y el aporte a proyectos que no avanzaron de acuerdo al capital invertido”, añadió.
“La ejecución del Fondef se realizaba de modo discrecional, para sostener un sistema de gastos corrientes, incursionando en contrataciones viciadas o con sobreprecios destinadas a otros fines, más allá de los establecidos para el uso del fondo”, sentenció.
El ministro dijo que en su gestión “es una prioridad ir avanzando en el incremento del presupuesto para la defensa a medida que la situación del país así lo permita, comparable con los porcentajes existentes en la región”, con el objetivo de “aumentar las capacidades operativas y resolver las necesidades de personal”. Entre las necesidades de equipamiento, mencionó “aviones caza, aviones de patrullaje marítimo, explorar la renovación de la flota de superficie, recuperar en el largo plazo la capacidad de submarinos, retomar vehículos blindados a rueda, sistemas de defensa antiaéreo y antitanques, drones de diversos tipos, entre otras de las múltiples necesidades.
