120 días y ninguna ley. La baja performance de La Libertad Avanza tiene múltiples causas e interpretaciones. Sin duda, las internas explican una parte del problema, pero no todo. En ese marco, y con la cuenta regresiva en marcha el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se aferra al cronograma planteado y en su despacho aseguran que la ley bases comenzará a tratarse nuevamente en Comisión la semana próxima.
La fractura del bloque del oficialismo se transformó en un nuevo obstáculo en busca de la mayoría deseada. Si bien nadie duda que Oscar Zago, el desplazado titular del bloque, y los dos diputados que le responden acompañen la norma, lo cierto es que la fragilidad propia envalentona opositores.
Lejos de las especulaciones numéricas, en la Casa Rosada esperan las listas de votos que garantizará cada uno de los gobernadores que pasaron durante los últimos 15 días. Las nóminas se hacen esperar, las respuestas sobre el borrador de dictamen que el oficialismo pretende llevar al recinto, también.
Lo cierto es que el piso del Impuesto a las Ganancias, el futuro impuesto a los ingresos, no conforma a la mayoría de los gobernadores patagónicos. La duda está planteada sobre si el nuevo piso de $1.800.000 es acorde a los deseos de Alberto Weretilneck (Río Negro), Rodolfo Figueroa (Neuquén), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Claudio Vidal (Santa Cruz). En un primer repaso rápido por los nombres, desde el bloque de Unión por la Patria en Diputados entienden que tan sólo los gobernadores de Chubut y Neuquén mandarían a sus diputados a levantar la mano. Pero todo está por verse.
El cronograma que diagramó Menem para el Palacio choca con la realidad de una seria de protestas que se dibujarán en la calle. El oficialismo quiere emitir dictamen la semana que viene y llevar el texto al recinto el 22 de abril. Un día más tarde los universitarios marcharán junto a la CGT en reclamó de la actualización de los fondos de las Universidades, lo que marcará el inicio de un plan de lucha que terminará el próximo 9 de mayo con un nuevo paro general. En medio de un clima de tensión social creciente, convencer a los librepensadores será más costoso para el oficialismo.
Más allá del poroteo y lejos del esquema de protestas que empiezan a ser cada vez más frecuentes, desde el oficialismo sostiene que la sanción de la ley bases no corre riesgo. El gobierno confía en los votos que pueda obtener del bloque Hacemos Coalición Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, y del acompañamiento que le darán los legisladores que responden a los gobernadores del PRO Y de la UCR.
La percepción de la oposición es que las internas a cielo abierto del oficialismo complican la construcción de la mayoría de 129 votos necesarios para darle media sanción a la norma. En ese marco desde el principal bloque opositor explican: “No sólo es que se están matando entre ellos. La calle se está complicando. Ayer marcharon los movimientos sociales y hubo represión, van salir los universitarios a la calle y también la CGT. No está fácil para que los gobernadores manden a levantar la mano a sus diputados”.
Por ahora, en LLA son optimistas. “Todo puede pasar”, aseguran y esperan por el ok de los gobernadores para convocar formalmente al plenario de comisiones para dictaminar la ley bases.
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