Tener una casa primero y mientras tanto reinsertarse, conseguir un trabajo, convivir en sociedad: ese modelo, llamado técnicamente Housing First, es la lógica con la que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) está acompañando a las personas que viven en la calle e incluso a los jóvenes que egresan del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) a donde van los menores que cometieron algún delito.
Esas dos instituciones firmaron un convenio con el Ministerio de Vivienda (MVOT), que estará vigente hasta el 28 de febrero de 2025, para dar soluciones habitacionales a los jóvenes que egresan del Inisa. La presidenta de esa institución, Rossana de Olivera, dijo a El Observador que a partir de la firma se conformará una comisión interinstitucional que seleccionará a los jóvenes que recibirán un hogar de forma transitoria o definitiva.
El convenio abarca a todos los programas del MVOT, explicó el subsecretario de la cartera, Tabaré Hackenbruch, por lo tanto, quienes salgan del Inisa y sean seleccionados por la comisión interinstitucional podrán recibir desde materiales de construcción, por ejemplo, para quienes tengan un terreno y puedan construir, hasta el pago de un alquiler o una vivienda nueva.
Tanto De Olivera como Hackenbruch aclararon que la decisión sobre quiénes recibirán la solución habitacional se estudiará "caso a caso" así como también qué tipo de solución será, pero quienes tendrán prioridad serán los adolescentes y jóvenes de "mayor vulnerabilidad".
"Hay jóvenes que salen y no tienen trabajo y que no pueden volver a sus barrios, entonces el MVOT les paga el alquiler y le subsidia los gastos comunes, por ejemplo", explicó Hackenbruch, quien agregó que algunas viviendas podrían ser del Plan Juntos, por ejemplo.
El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, dijo que su cartera hará el seguimiento y atención social de estos jóvenes egresados, de forma de acompañarlos en la reinserción.
En este sentido, la presidenta del Inisa explicó que el momento del egreso de los jóvenes es "bisagra" para su reinserción en la sociedad. "A veces si sale y vuelve al mismo entorno, a veces eso termina tirando por la borda el trabajo que se hizo en el Inisa", expresó De Olivera.
Pero, a su vez, el Mides también pretende avanzar en la entrega de viviendas a personas que viven en la calle, algo que también sigue con la lógica del Housing First. Lema contó que le pidió al ministro de Vivienda, Raúl Lozano, que destine parte de un fideicomiso de la Dirección Nacional de Integración Social y Urbana (Dinisu, dependiente del MVOT) para dar soluciones habitaciones a personas en situación de calle.
"Estamos en la recta final para firmar el convenio. Son entre 50 y 100 casas", dijo Lema, aunque en cada casa pueden vivir dos o tres personas. Mientras tanto, el Mides dará atención para que esas personas puedan reinsertarse –tanto para trabajar la adicción a las drogas, problemas de salud mental o desempleo–.
En este caso, el convenio aún no se firmó y los equipos técnicos de Mides y MVOT están trabajando para poder concretarlo y decidir qué perfiles de personas que viven en la calle podrán acceder a las viviendas.
En el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) creen que a los refugios nocturnos "hay que reducirlos a su mínima expresión", según dijo en marzo a El Observador el director de calle del Mides, Gabriel Cunha.
La respuesta para innovar y dejar atrás el viejo paradigma de los refugios como una solución habitacional temporal, podría estar en el Housing First, un modelo europeo al que Uruguay se acercó tímidamente en 2019.
El Housing First es un esquema que propone abordar el problema del sinhogarismo priorizando la vivienda. En lugar de atender a la persona con un modelo de escalera, donde primero se tratan las adicciones, problemas mentales, se realizan acciones sociales entorno a la persona y luego se resuelve el asunto de la vivienda, se comienza por entregarle un lugar donde vivir mientras se atienden a las demás problemáticas.
"Los accesos habitacionales son simultáneos a los tratamientos, son procesos paralelos, no se espera que la persona supere las coyunturas adversas para acceder a la vivienda, como en el modelo tradicional", explicó el arquitecto e investigador Gonzalo Bustillo.
Entregarle una vivienda a una persona que proviene directamente de dormir en la calle es otra innovación dentro de este paradigma del Housing First. "El refugio nocturno siempre se va a necesitar, pero hay que reducirlo al mínimo", insistió el jerarca del Mides.
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