Nacional > HOSPITAL

Preparan casa para la transición de los pacientes del Vilardebó

Hay internos curados que prefieren quedarse porque afuera nadie los espera
Tiempo de lectura: -'
28 de febrero de 2015 a las 21:25

La escena del crimen evidenciaba un nivel de violencia altísimo. A los policías que llegaron a la casa les quedaron grabadas a fuego aquellas imágenes. Incluso a los agentes más experientes, acostumbrados a ver las desgracias humanas, les costó borrar de su memoria las paredes manchadas a propósito con la sangre de la víctima. El asesino, un joven de 19 años, había matado a su madre y la había cortado en pedazos.

La Justicia investigó el caso y lo halló culpable, pero aun así el asesino no fue a la cárcel. La historia parece sacada de esas rebuscadas novelas policiales, pero en realidad el hecho ocurrió en Montevideo, hace 15 años.

El juez concluyó que los severos problemas psiquiátricos que sufría el joven le impidieron medir las consecuencias de sus actos. Por lo tanto, el lugar adecuado para alojarlo no era una celda sino una sala del hospital Vilardebó, en busca de que allí pudiera superar su enfermedad. Pasaron los años y el responsable de matar a su propia madre sigue allí, internado.

Forma parte del grupo de pacientes con mayor grado de violencia del hospital, aquellos que están recluidos en la sala 11. En total son unos 50 los pacientes alojados allí, detrás de un sistema de triple reja que intenta controlar la entrada y la salida. La mitad cometieron delitos y fueron declarados inimputables. Los otros simplemente son violentos o provienen de las cárceles.

La situación de esos pacientes con alto grado de peligrosidad volvió a salir a la luz esta semana, luego de que el domingo pasado 10 internos fingieran una pelea y logran fugarse. La ministra de Salud Pública, Susana Muñiz, recordó que es un viejo debate y dejó clara su postura contraria a que esos autores de delitos graves lleguen al Vilardebó. Ese centro cuenta con policías pero solo custodian afuera, mientras que adentro la seguridad está a cargo de los funcionarios. Por una vieja normativa que busca preservar la seguridad de pacientes y trabajadores, en los hospitales psiquiátricos no puede haber armas de fuego. De ese modo, para algunos delincuentes puede ser tentador evitar la cárcel e ir al Vilardebó. De hecho, algunos fingen estar locos para ser trasladados, según informó El País esta semana. Gritan, simulan hablar con extraterrestres, advierten una y otra vez que se van a suicidar o dejan de comer como forma de llamar la atención de los carceleros.

Contención

Ante crisis violentas de los internos, los funcionarios del Vilardebó intentar en primer lugar contenerlos hablándoles, pero no siempre es posible lograr el objetivo. Como alternativa, pueden utilizar inyecciones para calmarlos. Los chalecos de fuerza como medida de control de un paciente fuera de sí dejaron de usarse hace varios años, según informó a El Observador el director del área de Salud Mental de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Horacio Porciúncula. Lo que sí se mantienen son muñequeras para controlarlos hasta que haga efecto el sedante.

Dentro del Vilardebó, el único hospital dedicado enteramente a las patologías psiquiátricas de Uruguay, hay historias de todo tipo, algunas muy tristes, de personas enfermas que en algunos casos puntuales no se quieren ir porque afuera nadie los espera.

Quienes salen deben enfrentar la estigmatización social de haber pasado por ese lugar y enfrentan el desafío de sacarse el cartel de “loco” que la sociedad se empecina en mantener. Porciúncula dijo que para los expacientes resulta muy difícil conseguir trabajo, por ejemplo.

Esa transición para volver a la sociedad es muy compleja, más aún para las personas que cometieron delitos, quienes antes de salir en libertad deben recibir el visto bueno del juez. Las autoridades han identificado que muchas veces los magistrados tienen temor de dar ese paso. Por eso están poniendo en marcha un proyecto que será un paso intermedio entre la internación y el afuera. Adquirieron una casa a pocas cuadras del hospital donde alojarán a quienes están próximos a salir gracias a que han superado su patología. Allí los pacientes podrán salir a hacer mandados, cocinar, comer a la hora que quieran y tener una vida lo más normal posible, aunque con cierta custodia. Es una forma de darle una nueva oportunidad a quienes la esperan desde hace años y, de acuerdo a criterios clínicos, están curados.

La última palabra la tiene el juez

Cuando un homicida presenta signos de trastorno de personalidad o esquizofrenia, el caso es atendido por un psiquiatra del Instituto Técnico Forense, quien envía un informe al juez. Sin embargo, el magistrado no siempre toma en cuenta esa opinión. El juez penal Nelson dos Santos informó a El Observador que hay casos en los que el psiquiatra opinó que se trataba de un caso inimputable pero que el magistrado resuelve enviarlo a prisión. Se toma en cuenta el relato que hizo el asesino. Si puede narrar los hechos de manera coherente y demuestra consciencia de lo cometido, puede ser enviado a la cárcel. Es frecuente que en casos de adicción la defensa del autor del delito intente que vaya al Vilardebó y no a la cárcel. Dos Santos recordó un caso en el cual un adicto a la pasta base en estado de abstinencia mató a puñaladas a una vecina anciana. El abogado del autor del crimen presentó recursos para declararlo inimputable, pero el juez decidió lo contrario.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...