El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti dijo que la visita a Cuba del presidente estadounidense Barack Obama significa "el punto final de una política equivocada" de la potencia del norte con respecto a la isla caribeña.
"El aislamiento solo ayudó a apuntalar al régimen dictatorial. No se puede hablar de aperturas cerrando puertas y volando puentes. No creo que con este viaje Obama logre algo concreto hoy mismo, puesto que los dos Castro siguen siendo muy dogmáticos y ninguno va a intentar un cambio real de la estructura de Cuba. Pero no tengo ninguna duda de que esta visita ayudará a cambiar a la sociedad cubana", dijo Sanguinetti a El Observador.
Cuando la democracia volvió a Uruguay tras el golpe de Estado de 1973, el presidente Sanguinetti (1985-1990) retomó las relaciones con Cuba que se habían roto en 1964 durante el gobierno nacionalista. Incluso, en su segundo mandato (1995-2000), Sanguinetti recibió al comandante Fidel Castro quien pisó Montevideo 36 años después de su primera visita en 1959.
"Lamento mucho no haber venido en 36 años, cinco meses y 11 días", dijo Castro demostrando su legendaria buena memoria. Luego, Sanguinetti visitó Cuba.
El por dos veces presidente colorado dijo que la llegada de Obama a La Habana es una muy buena noticia. "Cuanto más intercambio de gente se concrete, cuanto más turismo haya, cuanto más mercadería circule, cuanto más expresiones culturales existan, los cambios irán madurando más rápido. Obama está en la buena dirección. No caemos en el optimismo fácil de pensar que a corto plazo habrá resultado, pero los cubanos irán dejando de lado esa imagen demoníaca de los Estados Unidos que se construyó durante todos estos años", afirmó Sanguinetti.
Consultado acerca de si existen riesgos de que los extremos -que critican a los Castro por juntarse con Obama y a Obama por visitarlos- pueden poner en riesgo la apertura, el expresidente lo descartó. "Los extremos siempre van a tironear de un lado o del otro, pero los del medio siempre van a ser mayoría. La nueva generación de cubanos de Miami no tiene la virulencia de otros años y está deseando volver a viajar a Cuba y restablecer vínculos familiares. Lo mismo pasa a la inversa. Más allá de la corteza hermética que se construyó sobre los cubanos debido a la falta de libertades, el sentimiento de la gente -y de esto estoy seguro porque lo he percibido las veces que he estado allí- es de una búsqueda de acercamiento hacia Estados Unidos y occidente", dijo Sanguinetti.
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