Un avión propiedad del empresario kirchnerista Lázaro Báez se incendió este lunes mientras realizaba maniobras de despegue en el aeropuerto internacional de San Fernando, sin que las dos personas que viajaban en la aeronave sufrieran heridas.
Fuentes de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informaron a El Cronista que el accidente se produjo a las 7.30 cuando un avión Lear Jet 35 se despistó cuando iba a despegar y luego se prendió fuego.
La noticia parecía una más. Un avión se incendia tras un despegue fallido. Sin embargo, comenzó a tomar otro alcance cuando se supo que la aeronaves era propiedad del empresario Lázaro Báez, de gran afinidad a la familia Kirchner y máximo contratista de obra pública Argentina.
Y tampoco se trataba de una simple aeronave particular, ya que es la misma investigada por la Justicia en el marco de la causa conocida como "La ruta del dinero K", que comenzó a raíz de un informe elaborado en el programa Periodismo para todos de Jorge Lanata.
En aquella emisión del programa, el financista Federico Elaskar señaló que la aeronave, un Laer Jet matrícula LV-ZSZ, de Báez era utilizada para transportar bolsos con dinero al exterior, siendo Uruguay uno de sus principales destinos.
Según las declaraciones de Elaskar, los bolsos de dinero iban del aeropuerto de Río Gallego al de San Fernando y de allí hasta Uruguay donde sería girado a paraísos financieros.
La página Opi Santa Cruz, reveló que quien piloteaba el avión es Gustavo Aras, un piloto jubilado de la gobernación de Tierra del Fuego, socio gerente de TOP Air SA y que trabaja para el empresario de la construcción.
Tanto el piloto como el copiloto, los únicos ocupantes de la aeronave, resultaron ilesos, añadieron las fuentes, quienes explicaron que tomó intervención la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) a fin de determinar las causas del hecho.
Los primeros indicios arrojaron que al avión se le plantó una de las turbinas cuando estaba carreteando y después se registró el incendio, precisaron los informantes.
Según indicó a Todo Noticias Francisco Muñoz, periodista de OPI Santa Cruz, Báez compró la nave en 2007 a los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá, hijos del fallecido brigadier argentino José Juliá, que fueron condenados a 13 años de prisión por un tribunal de Barcelona por delitos de narcotráfico.
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