El primer año de liberalización del mercado de la carne vacuna en Argentina terminará con un previsible aumento de las exportaciones y una contracción del consumo, junto a señales que preocupan, como la incipiente reversión en el proceso de retención de vientres.
Así surge de los datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) y del análisis de consultores privados.
Entre enero y noviembre se produjeron 2,398 millones de toneladas de carne vacuna, un volumen que fue 4,6% inferior al de igual período del año anterior. La oferta total se retrajo en 114.500 toneladas por la disminución en la faena ya que el peso promedio declarado creció 0,5% anual.
Ciccra remarcó que en noviembre la participación de las hembras en la faena llegó a 43,5%.
Si bien 2016 terminará con una caída en la faena, los números de los últimos meses marcan un crecimiento en el envío de ganado a plantas frigoríficas. En noviembre –según Ciccra en base a fuentes oficiales– la faena fue 5,9% superior a la de igual mes del año pasado y 3% más alta que octubre.
Ciccra remarcó que en noviembre la participación de las hembras llegó a 43,5%. Fue el porcentaje más alto en 21 meses consolidando la posible desaceleración o reversión en la tendencia de retención de vientres. Entre enero y noviembre la participación de las hembras dentro del total fue de 41%, una caída de 0,6% respecto a igual período de 2015.
La publicación Valor Carne resaltó este posible cambio de tendencia aunque todavía hablar de una regresión en la fase de retención. "Las tendencias no son irreversibles, la experiencia indica que muchas veces van cambiando la orientación. Pero tampoco vemos nada en el horizonte próximo, como un repunte de la demanda de exportación ni del consumo interno o en los precios internacionales que pueda volver a inyectar más potencia al esfuerzo de retener animales.
El consumo interno a noviembre fue 90,41% de la producción, casi dos puntos menos que el año pasado. Ciccra indicó que en los primeros 11 meses de 2016 el consumo de carne vacuna por habitante se mantuvo en 55,2 kilos, una caída de 7,5% frente a igual lapso del año anterior.
En el promedio móvil de 12 meses cerrados a noviembre el consumo fue de 55,5 kilos per cápita, un descenso de 7,1% respecto a al promedio de 12 meses atrás. Para Ciccra esta tendencia se explica por la contracción en el poder de compra en un contexto de caída en el nivel de actividad de actividad y de empleo.
El diario La Nación destacó que a menos de un mes de que termine 2016 el consumo conjunto de carne de pollo y de cerdo llegó a 60 kilos por habitante superando al de carne vacuna. Según fuentes consultadas por el diario, el año terminará con un consumo de carne de pollo y de cerdo de 64,5 kilos per cápita, mientras que la de carne bovina cerrará en torno a los 55 kilos.
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