El restaurante Viejo Marino es uno de los más reconocidos de la zona del puerto de Punta del Este. Sin embargo, acusaciones de maltrato laboral a trabajadores paraguayos manchan por estas horas su nombre. Sobre lo que sucedió el lunes 28 de diciembre, cuando dos paraguayas renunciaron, y sobre la inspección del Ministerio de Trabajo, que desembarcó dos días después, hay varias versiones.
Las paraguayas Dionisia Acosta, de 45 años, y Evalyn Giménez, de 23, renunciaron el 28 de diciembre y al día siguiente denunciaron al dueño del restaurante por las condiciones en que trabajaban y dormían y porque dicen haber sido echadas del restaurante a empujones. El empresario, Carlos Marrero, lo niega.
El Ministerio de Trabajo inspeccionó el restaurante el 30 de diciembre y sus inspectores regresaron este jueves 7 de enero. Marrero filmó parte de la segunda inspección.
Lea el informe completo este sábado en El Observador.
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