La tragedia que sacudió la tranquila noche del domingo en el Teatro Woodstock de San Justo continúa generando estupor y consternación en la comunidad. Tres disparos resonaron en la atmósfera festiva de una celebración privada, sembrando el terror entre los presentes.
Gianfranco Di Luciano, un joven de apenas 20 años, fue la víctima fatal de este violento suceso. Su vida fue truncada por un solo disparo certero que impactó en su cabeza durante una acalorada discusión con dos individuos, quienes, tras el tiroteo, se dieron a la fuga, sumiendo así a familiares y amigos en un profundo dolor.
Las últimas informaciones proporcionadas por fuentes cercanas al caso revelan nuevos giros en la investigación. Uno de los sospechosos, un joven de 17 años, se presentó ante la justicia, modificando el rumbo del proceso al tratarse de un menor de edad.
Este acontecimiento, ocurrido durante la madrugada del domingo, se torna aún más impactante cuando se conocen los detalles del escape del sospechoso, quien logró eludir a la DDI de La Matanza en un vertiginoso recorrido por los estrechos pasillos de un asentamiento en Ciudad Evita. Sin embargo, la decisión de entregarse ante las autoridades ha marcado un punto de inflexión en el desarrollo del caso.
Por otro lado, el primer detenido, identificado como Y.T.T., de 19 años, compareció ante las autoridades, si bien su declaración fue escueta y evasiva. A pesar de los esfuerzos por esclarecer los hechos, Y.T.T. se mantuvo en silencio respecto a la identidad del verdadero autor de los disparos mortales.
Mientras tanto, las acusaciones en su contra no hacen más que acumularse. Está imputado no solo por el homicidio de Gianfranco Di Luciano, sino también por otros delitos graves, incluyendo la tenencia ilegal de armas y el robo de una moto.
El relato de los testigos y el análisis de las pruebas recabadas permitieron reconstruir los eventos previos al trágico desenlace. Según se desprende de las investigaciones, la discusión que culminó en el fatídico tiroteo se habría desencadenado a raíz de un simple empujón. La presencia de sustancias ilícitas entre las pertenencias de la víctima añadió un nuevo matiz a la investigación, abriendo la posibilidad de que el incidente estuviera relacionado con el oscuro mundo del narcotráfico.
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