Colorados buscan candidato liberal progresista para prescindir de Bordaberry

Sobre todo, ya con el diario de un extendido lunes, desde el batllismo observan que, en las actuales circunstancias, un Talvi en modo político y no en uno disidente, hubiera sido un muy buen candidato para disputarle al Partido Nacional el lugar que probablemente ocupe en el próximo balotaje contra el Frente Amplio.

Piensan que los blancos ya no tendrá un candidato de peso como Luis Lacalle Pou y los postulantes que por ahora se manejan –como Alvaro Delgado- no dejan de ser “más de lo mismo” pero sin el carisma del ahora presidente. Entonces hubieran sido ciertas las oportunidades de Talvi para colarse en la puja por el poder en 2024

Pero los “hubiera” ya de nada sirven y los colorados empiezan a hacer números y a analizar qué es lo que más le conviene al añejo partido. Fuentes de esa colectividad dijeron a El Observador que teniendo en cuenta que fue Talvi uno de los principales responsables de haberle arañado al Frente Amplio la mayoría de los votos que le faltaron para ganar en los pasados comicios, -los otros se los sacó Cabildo Abierto disputándoselos al MPP- se debería buscar un candidato con similares características.

Una oferta electoral oficialista encarnada por el blanco Delgado, el colorado Bordaberry y el cabildante Manini Ríos escoraría el barco hacia la siniestra

“Un liberal progresista”, como lo definió un dirigente colorado que está en la búsqueda de esa solución.

Las posibilidades que andan en la vuelta tienen algunas dificultades. El dos veces presidente, secretario general colorado y líder de Batllistas, Julio Sanguinetti, ya tiene 86 años y quiere aportar desde otro lugar. El ministro de Ambiente, Adrián Peña, quien quedó en lugar de Talvi como orientador de Ciudadanos, se postulará si no hay otro remedio, pero sus allegados saben que no tiene el perfil de un candidato presidencial.

Los colorados necesitan “un liberal progresista”, como lo definió un dirigente que está en la búsqueda de esa solución.

Por otro lado, como informó El Observador, el presidente del Codicen, Robert Silva (Ciudadanos), no la tiene fácil pese a que sus características se emparentan con ese perfil progresista que se persigue. Desde Ciudadanos señalaron que Silva tiene el aura batllista y progresista necesaria, y en el sector de Sanguinetti están dispuestos a apoyarlo como postulante único de ambos sectores.

Si decide ser candidato presidencial, -cosa que ha descartado en varias oportunidades- Silva no tiene plazo obligado para renunciar a su cargo pero no puede hacer política partidaria y, por lo tanto, debería dejar el organismo a tiempo para poder hacer campaña hacia las internas de junio de 2024.

Entre sus allegados observan que si se va con la reforma educativa aún en ciernes, los votantes pueden entender que dejó de lado el que dice ser su principal desvelo para intentar ser presidente. Si logra concretar la reforma en el correr de 2023 y renuncia, tal vez le digan que usó el cargo como trampolín político, discurso que ya está instalado en los sindicatos de la educación y en parte del Frente Amplio que lo acusan de utilizar el cargo que ostenta para cocinar su candidatura. 

El eventual retorno de Pedro Bordaberry a la política no soluciona el problema de fondo de los colorados y, de acuerdo al sentir de los dirigentes que buscan un candidato más centrista, no es la mano que precisa la coalición de gobierno para convertirse en una atrayente recolectora de votos en los próximos comicios.

En todo caso, Bordaberry podría soplarle por derecha algunos sufragios a Manini Ríos. Pero una oferta electoral oficialista encarnada por el blanco Delgado, el colorado Bordaberry y el cabildante Manini Ríos escoraría el barco hacia la siniestra, y es improbable que el debilitado Partido Independiente alcance para centrar el rumbo.

La teoría de la fuga de votos de Talvi hacia el Frente Amplio –y por consiguiente la necesidad de retenerlos- surge del análisis de circuitos realizados por los colorados y por el reconocimiento de dirigentes de la izquierda. “La orientación nuestra va en buena medida en volver a convencer a quienes de repente votaron a Talvi en la elección anterior”, ha dicho el dirigente de Fuerza Renovadora, Mario Bergara

En tanto, las posibilidades electorales de los colorados no son menospreciadas desde la academia. El politólogo Adolfo Garcé consideró que a ese partido se le puede presentar una coyuntura propicia si al presidente Lacalle Pou le va bien en su gestión. “Históricamente, cuando esto sucede, la gente vota una continuidad pero con cambio. ‘Los reelegimos, pero queremos algo más’, dicen. Y es ahí en donde los colorados pueden marcar la diferencia con el nacionalista que sea el candidato del oficialismo”, dijo Garcé en declaraciones a El Observador el pasado diciembre.

Así, la suerte de la coalición de gobierno puede estar atada a la solución que los colorados encuentren a su escasez de postulantes presidenciales. Una disyuntiva a la que deberá encontrar solución más pronto que tarde.