El economista Ignacio Munyo, durante la presentación del estudio de Ceres.

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Economía puede crecer 2,9% en promedio cada año hasta 2030 si se expande el riego

Vale la pena remover las trabas actuales y apretar el acelerador para impulsar una política de Estado de expansión del riego que ha trascendido gobiernos en Uruguay, se concluye en el trabajo de Ceres
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20 de marzo de 2023 a las 11:41

Expandir el uso de la tecnología de riego en sistemas de producción de granos y carne del área actual –40  mil hectáreas– a 300 mil hectáreas permitirá alcanzar en 2030 un impacto equivalente al 4,8% del PBI, según una proyección establecida en el estudio “Riego y productividad. Potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay", presentado por Ceres en la Expoactiva Nacional, que concluyó este sábado 18 de marzo.

La divulgación de este estudio, ante un público en el que había autoridades nacionales y departamentales y productores de diversos rubros del Agro, fue realizada por los economistas Ignacio Munyo y Martín Alesina, en un momento en el que una intensa sequía ha generado daños que a nivel oficial y solo por el momento se sitúan ya próximos a los US$ 2.000 millones, considerando exclusivamente impactos directos en el sector productivo.

Según se informó a El Observador tras la actividad, realizada en la sala de conferencias del predio de exposiciones de la Asociación Rural de Soriano (ARS), Uruguay tiene con la expansión del riego la oportunidad de dar un salto de calidad en su producción agropecuaria, además de promover la descentralización a partir del impacto total que generan la inversión y la producción adicional.

Los resultados, se afirmó, son contundentes: en caso de alcanzar las 300 mil hectáreas bajo riego de maíz y soja en 2030 (hoy casi 40 mil) y se introduzca en ganadería 250 módulos de riego cada año por ocho años, el impacto total en el año que se alcance el objetivo –justificado por el aumento de la producción adicional y la inversión– alcanzaría el 4,8% del PBI.

Luego de este año, apoyado únicamente por el aumento en la productividad en ambas prácticas, la actividad económica del país sería 3,1% mayor, cada año, en comparación a si se tuvieran las mismas hectáreas regadas que en la actualidad.

Únicamente debido a la introducción paulatina de sistemas de riego, el impacto total de la inversión en ese momento generaría un crecimiento adicional del PBI de 1,7%.

En conjunto, el incremento en las exportaciones y la inversión durante el periodo de implementación generarían un aumento de la actividad promedio anual superior a los US$ 2.200 millones, lo que significaría un crecimiento de la economía de 2,9% cada año, con respecto a un escenario con las mismas hectáreas regadas en 2023.

Además, la expansión del riego en la lechería, por ejemplo, genera también un incremento en la productividad que sería pertinente ahondar con mayor profundidad una vez se cuente con investigaciones más actuales que permitan analizar su impacto a nivel extendido.

La presentación en la Sala de Conferencias de la ARS, en la Expoactiva Nacional.

Beneficios para el Estado

Esto repercute de un modo favorable en el empleo y en los ingresos del Estado por pagos de tributos. Cada año, este aumento en las hectáreas regadas generaría poco menos de US$ 80 millones por concepto de Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) y de US$ 70 millones por un aumento del consumo de energía eléctrica.

La introducción del riego ha permitido un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, respectivamente, en promedio en los últimos seis años.

En temporadas con escasas precipitaciones, el riego logró que los rendimientos más que se dupliquen en ambos cultivos.

Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilos obtenidos.

Con vista en estos resultados, Ceres propone un conjunto de políticas públicas y medidas concretas. Entre ellas, el lanzamiento de un Plan de Energía para lograr extender las líneas energéticas; conservar el régimen de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) e impulsar la extensión a empresas agropecuarias que ya contribuyen a la expansión del riego y hay espacio para crecer; más alternativas de financiamiento y actividades de difusión en torno a la implementación del riego entre los productores.

El economista Martín Alesina, durante la presentación del estudio de Ceres.

La instalación de sistemas de riego significa inversiones de largo plazo que solo es posible proyectar con rigor si permanecen y refuerzan las actuales políticas públicas que han contribuido al mejor desempeño del sector agropecuario.

Por esto, vale la pena remover las trabas actuales y apretar el acelerador para impulsar una política de Estado de expansión del riego que ha trascendido gobiernos en Uruguay, se concluye en el trabajo presentado por Ceres.

La presentación del estudio fue una de las actividades destacadas en la Expoactiva Nacional.

A continuación, el estudio remitido a El Observador desde Ceres:

 

 

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