Las pérdidas que la sequía ha generado, considerando el sector agropecuario y cuando pasaron los primeros 10 días de marzo, fueron estimadas en más de US$ 1.800 millones teniendo en cuenta solo las directas, no las inducidas o derivadas.
Se descuenta que esa cifra se incrementará y en forma notoria con el paso de las semanas, porque las lluvias siguen sin suceder en una forma adecuada y hay perjuicios cuya magnitud completa es imposible de definir ahora, es más, en varios casos se seguirán percibiendo luego de 2023.
Ese monto fue señalado por Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el viernes cuando se desarrolló una conferencia de prensa para presentar una nueva asistencia a productores, en este caso la distribución de ración con un 75% de subsidio en el costo y exclusivamente para microproductores con hasta 30 vacunos en sus rodeos, emprendimiento denominado Plan de Contingencia Alimentaria.
Mattos recordó que a inicios de febrero, hace más de un mes, un primer relevamiento de los daños por el déficit hídrico, con base en análisis de los técnicos de la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (Opypa), estableció pérdidas por US$ 1.175 millones.
Transcurrido poco más de un mes "desde la última estimativa las lluvias no ocurrieron y tenemos un quebranto productivo, especialmente en lo que son los cultivos de verano”, dijo el jerarca, aludiendo a una pérdida que se constata de inmediato.
También señaló un ejemplo de pérdida proyectada, con base en una merma en la tasa de natalidad de los ganados que determinará una notoria baja en la cantidad de terneros que se obtendrán en la próxima primavera, y eso “tendrá consecuencias dentro de tres años”, de la mano de una menor oferta de hacienda para faenar y así de carne para exportar.
Mattos expresó también que tomando como punto de partida la última gran sequía en el país, ocurrida en 1989/1990, posteriormente “la pérdida que estamos calculando hoy, en dólares corrientes, sin corregir la moneda, de la seca 2022/2023 es superior a la suma de las pérdidas de todas las demás sequías en 30 años, para que se entienda la magnitud que tiene este fenómeno climático”.
“Es la mayor pérdida de la agropecuaria y de la economía nacional en los últimos 30 años”, afirmó días antes, durante una recorrida que realizó por zonas de Río Negro y Soriano, en una de las giras que jerarcas y técnicos del MGAP vienen desarrollando para evaluar día a día la problemática existente, recibir planteos e informar sobre las asistencias.
Los más de US$ 1.800 millones de pérdidas al momento es un monto de alta relevancia. Para dar cuenta de cuánto, basta con citar que en todo 2022 solamente por exportaciones de soja (apenas uno de los rubros ahora afectados) ingresaron a Uruguay US$ 1.922 millones.
Ese monto de más de US$ 1.800 millones es más que lo que ingresó al país en 2022 por colocaciones de celulosa, lácteos, madera o arroz, por ejemplo.
En este acceso, se puede ver el listado completo de las asistencias emprendidas, con base en la Emergencia Agropecuaria, desde el MGAP y otros organismos estatales.
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