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Homicidio en Ta-Ta: la muerte de trabajadores y las cifras que le "duelen" al Ministerio del Interior
Domingo, 10:40 de la mañana. Washington Pérez atendía su almacén ubicado en Volta y Newton, en el barrio Peñarol. Un joven de 18 años pidió 300 gramos de mortadela y la esposa del comerciante se dispuso a cortarlos. Mientras tanto, el joven le exigió a Pérez que le entregara el dinero y, sin mediar palabra, le disparó al almacenero de 63 años y lo mató.
Era 29 de mayo de 2022. Exactamente un año después, el 29 de mayo de 2023 Marcelo Demestoy, gerente del supermercado Ta-Ta que está ubicado en una esquina de Parque Rodó, fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando dos hombres robaron $ 4.000 del local.
Pérez y Demestoy murieron a manos de personas que cometieron una rapiña en comercios. Una estadística que el Ministerio del Interior tiene cuantificada y que "le duele" especialmente.
Durante 2022, tres personas fueron asesinadas en comercios en medio de una rapiña. El almacenero de Peñarol, otro de 35 años que fue asesinado en su almacén en Los Ángeles y Campinas, en el barrio Municipal en abril y el último fue un cantinero de 68 años del barrio Lezica a quien mataron para robarle el dinero y las pertenencias.
El año anterior, en 2021, hubo un homicidio de este tipo y en 2020 otros cuatro. La tendencia bajó de forma abrupta desde 2019 hasta el 2022. Durante la última gestión del gobierno anterior, la cifra de víctimas que murieron a causa de un robo en un comercio superaba las 10 cada año, excepto en 2016 cuando fueron ocho.
A su vez, entre 2019 y 2022, los homicidios que derivaron de rapiñas –pero no necesariamente en comercios– han disminuido año a año y por eso el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, Ministerio del Interior afirmó en abril que "la familia trabajadora se encuentra en estos momentos mucho más segura que antes".
Sin embargo, 2023 parece no seguir la tendencia de los años anteriores, a juzgar por las cifras parciales de los primeros meses del año, cuando ya hubo al menos nueve homicidios que derivaron de rapiñas en cinco meses.
De todos modos, en el Ministerio del Interior entienden que sigue siendo bajo el porcentaje de personas que son asesinadas en una rapiña, si se mira en comparación con el total de los homicidios ocurridos. "De los 383 homicidios ocurridos en 2022, solo 15 derivaron de rapiñas", remarcaron desde el Ministerio del Interior.
Además, los homicidios son el mejor indicador para medir la criminalidad porque es un hecho que depende menos de que haya una denuncia o no.
Esta cifra le "duele" especialmente a la cúpula del Ministerio del Interior, porque se trata de muertes de personas ajenas al delito. "Todos los homicidios nos preocupan, pero en forma especial cuando hay gente trabajadora que no tiene contacto con el delito. Es realmente una situación dura para la sociedad uruguaya", dijo el ministro Heber en la tarde de este martes y agregó que la muerte del empleado del supermercado Ta-Ta "no puede quedar impune".
Las cantidad de muertes que derivan de robos armados determinan "lo que la población puede estar sufriendo". "La persona trabajadora que sale de su casa a trabajar y que puede perder la vida por una rapiña", consideró Heber en abril de este año.
Sin embargo, en el Ministerio del Interior afirman que "el cúmulo de homicidios" se concentra en los delitos vinculados con en tráfico de drogas, las riñas o "altercados espontáneos" y entre personas que tienen antecedentes delictivos y no de quienes terminan asesinados para robarles. "Esto no es consuelo alguno. Se trabaja sobre todos los homicidios", dijo el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, a El Observador.
El asesinato en el supermercado Ta-Ta
"Vamos a tener un despliegue importantísimo de la policía para capturar a los asesinos. Tenemos líneas de investigación importantes, tenemos sospechosos. No podemos avanzar más en la información en ese sentido, pero tenemos el convencimiento de que los vamos a capturar. Esta muerte no puede quedar impune, como ninguna. Y en especial a una persona trabajadora", declaró Heber este martes en conferencia de prensa.
Según la información policial, dos delincuentes entraron armados al local, ubicado en las calles Maggiolo y Figueira, y redujeron a los clientes y a los tres trabajadores dentro del lugar, uno de ellos de la panadería y otro de una caja registradora. Testigos contaron a El Observador que uno de ellos quedó en la puerta, vigilando, mientras el otro entró al local.
Una vez adentro, uno de los delincuentes llevó al guardia de seguridad, de 48 años, y al gerente del local hacia un depósito. Al guardia le dio un golpe en la cabeza con la culata del arma. Además le disparó al gerente del local en la cabeza, lo que provocó su muerte. Se llevaron el dinero de la recaudación –unos $ 4mil– que robó en una caja registradora.
La investigación sigue en curso, y se trabaja en conocer en qué circunstancias el fue asesinado Demestoy. Por ahora, los investigadores no manejan como "principal hipótesis" que la víctima haya sido asesinada tras imponer algún tipo de resistencia al robo, informaron fuentes allegadas al caso.
