Muñiz avaló pagar deuda a médicos contratados irregularmente en Rivera

La situación político-administrativa en torno al hospital de Rivera suma cada día nuevos capítulos, como una comedia de enredos donde por más pasos que se den pasa salir del embrollo, más entreverados quedan sus protagonistas.

El último capítulo tiene que ver una vez más con la presidenta de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Susana Muñiz. La jerarca –que fue nombrada madrina del hospital por su exdirector, Andrés Toriani- utilizó su voto doble en el directorio para desempatar una decisión reñida y autorizó este viernes un pago a la empresa Centro Médico Odontológico Cuaró por la que se canalizaban las contrataciones irregulares de profesionales.

Los socios de esta firma eran jerarcas y subalternos de Toriani en el hospital estatal. De hecho, uno de los señalamientos que se le hacía al exdirector era que contrataba directamente personal, apelando a esta empresa. Así empleó de forma irregular a 60 funcionarios médicos y a 20 trabajadores no médicos, pero nunca les hizo firmar contratos.

Las acciones de Toriani derivaron en investigaciones administrativas y en posteriores sumarios. Los procesos demostraron que hubo faltas "graves y gravísimas" entre los jerarcas del hospital, por lo que no todos los miembros del directorio de ASSE estaban de acuerdo con seguir pagándole a Cuaró.

El vicepresidente del organismo, Mauricio Ardús (afín al Partido Socialista), y la representante de los usuarios, Natalia Pereira, votaron en contra. En tanto, Muñiz y el representante de los trabajadores, Pablo Cabrera, votaron a favor de pagar los sueldos adeudados.

Los funcionarios no cobraron entre enero y mayo de este año puesto que el dinero del rubro estudios médicos -desde donde se les pagaba- se terminó, y reclamaban que les pagaran lo adeudado. La ausencia de un integrante en la reunión del viernes –porque el delegado por el MPP, Jorge Rodríguez Rienzi, estaba de licencia- fue crucial: la presidenta utilizó su doble voto y desempató la discusión. Así, Muñiz protegió una vez más el proyecto de Toriani.

La salida del exdirector derivó en que Liria Filgueiras quedara como su sustituta. Ahora, a la nueva directora le siguieron llegando aquellas cuentas que ASSE había dejado de pagar y que el directorio había debatido en julio y que obedecían a esas maniobras que, a juicio de los investigadores, generaron faltas gravísimas.

Por eso no pagó y pidió a ASSE lineamientos sobre cómo actuar. El directorio de ASSE celebró una sesión especial para analizar el planteo de la nueva directora.

El voto doble de Muñiz determinó que la orden a Filgueiras fuera que se siguiera pagando los contratos a Cuaró hasta mayo pasado inclusive. También se determinó que de ahora en más, si la empresa quiere volver a trabajar con ese hospital, deberá presentarse a licitación. En este caso sí sería para vender servicios y no, presumiblemente, para ser una vía de contratación de más personal.

Pero esta no fue la primera vez que se debatieron los movimientos del exdirector. En sesiones celebradas el 21 de junio y el 5 de julio, a cuyas actas accedió El Observador, ASSE analizó las deudas que habían generado las maniobras de Toriani.

En la primera reunión Ardus y Pereira denunciaron que había funcionarios con sueldos por encima de otros hospitales y que los mismos eran contratados a través de la empresa Cuaró.

Además, el dinero provenía de un fondo que no estaba pensado para contratar personal sino para insumos médicos. En 2010 los gastos por contrataciones fueron $ 411.840 pero para 2016 habían subido a $ 53.310.320. Se habíanmultiplicado casi 130 veces. Claro, los servicios parece que habían mejorado.

En la segunda reunión Ardus argumentó que por la forma en que se facturó, se estaba en presencia de una deuda comercial y no laboral, que era además de dudosa legitimidad. Fundamentó que se trataba de gastos de funcionamiento, contratados en forma directa.

De todos modos, Muñiz, Rodríguez Rienzi y Cabrera se manifestaron en favor de pagar las facturas adeudadas por Cuaró. A su vez, el gerente general de ASSE, Richard Millán, dijo que había que pagar para mantener la actividad asistencial.

Por esas fechas, enterado de la situación, el presidente Tabaré Vázquez pidió la remoción de Toriani. En el directorio de ASSE, Muñiz fue la única que se opuso a pedido del presidente y votó en contra de esa remoción. Finalmente el 23 de agosto, Toriani fue removido.

Muñiz le haría luego otro desplante al mandatario cuando, ante un pedido de éste para que le diera información, la presidenta de ASSE le dijo que se la daría si le concedía una audiencia personal. Vázquez nunca se la concedió.

El Observador y VTV Noticias informaron que el hospital de Rivera también tercerizó tomografías y resonancias magnéticas que abonaba a una mutualista local pero que eran realizadas por una clínica privada en Brasil.

Eso motivó una auditoría interna y además llevó al fiscal de Corte, Jorge Díaz, a enviarle la información a la fiscal de Rivera ante hechos con "apariencia delictiva". La fiscal riverense ya comenzó a actuar y pidió a la Justicia información que ya fue solicitada a ASSE.

Pero la consecuencia más severa de las acciones de Toriani las arrojó la investigación administrativa que se hizo sobre el subdirector del hospital, Víctor Recchi, y el administrador, Leonardo Cuña. Como Toriani ejercía la dirección en calidad de funcionario tercerizado, el ordenador del gasto era Recchi y Cuña su ejecutor. La investigación le atribuyó a Recchi la comisión de "faltas gravísimas" y a Cuña "faltas graves".

La reunión del directorio celebrada este viernes muestra que una vez más ASSE se inclinó por pagar deudas generadas en la era Toriani. La diferencia con los debates anteriores es que ahora media un fallo que dijo que esas deudas son producto de actos que administrativamente se sancionan con severas sanciones e incluso destitución -en el caso de las faltas gravísimas-.