No hay proscripción. No hay persecución. No hay “lawfare”. Será justicia. Y al final Cristina Kirchner deberá pagar parte de su pesada deuda con los argentinos por haber defraudado al Estado en más de mil millones de dólares. Es decir: por ladrona y por corrupta. Y será más justo, todavía, si en los próximos días, como se prevé, la inhabilitan para ejercer cargos públicos de por vida.
Repetimos: de por vida. No importa cuánto se queje. No importa cuánto patalee. No importa cómo nos la quiera vender. En unos cuántos días más, ella será parte del pasado.
Si ella tiene más o menos miedo, será irrelevante. Lo que piense ella sobre su capacidad para competir, será irrelevante. Y también será irrelevante lo que le "convenga" al gobierno, al mismo Javier Milei o incluso a Axel Kicillof.
Hay que decirlo sin vueltas: la condena efectiva será un acto de justicia, por encima de los egos y los caprichos de la política. Y para muchos de nosotros será un reconocimiento implícito de que estábamos trabajando en el camino correcto. Empezando por Jorge Lanata, el mejor y el más valiente de nuestra generación.
Según la información que pudimos obtener de diversas fuentes, la secuencia por la que Cristina Kirchner perdería la libertad sería así:
- Los tres miembros de la Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rozenkranz y Ricardo Lorenzetti, rechazarán el pedido de nulidad de la condenada.
- Sin embargo, también rechazarán la pretensión del fiscal de Cámara de Casación, Mario Villar, de sentenciarla, como jefa de una asociación ilícita, a 12 años de prisión.
- Lo harán a través del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, que les permite opinar sin necesidad de analizar una y otra vez los hechos, por considerar que ya lo hicieron otros jueces en las instancias previas.
Y será relativamente rápido. Lo decidirán esta semana, la semana próxima o incluso la otra. Pero siempre antes de que Cristina Kirchner pueda ser presentada como candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral, una coartada política que se inventó a último momento para ver si podía patear hacia adelante la condena.
Así, la señora Kirchner será condenada a 6 años de prisión por el delito de administración fraudulenta. A partir de ese momento, el juez de ejecución del Tribunal Oral Número 2, Jorge Gorini, la intimará, junto a otros condenados, a presentarse en Comodoro Py, para ser notificada. Después quizá tenga que ir, aunque sea por unas horas, a una cárcel común. Y luego, posiblemente, le otorguen el arresto domiciliario, porque ya tiene 72 años.
En ese caso, ¿elegirá el barrio de San Cristóbal, donde a veces vive con su hija? ¿Una casa en un barrio cerrado de la Tercera Sección Electoral? ¿La casa la calle Mascariello, en Río Gallegos, o su otra casa de El Calafate, su lugar en el mundo, que se hizo conocida después de los allanamientos dispuestos por el juez Claudio Bonadío?
Gorini es un magistrado de bajísimo perfil. Sin embargo condenó, entre otros peces gordos, y por diferentes motivos, a Carlos Menem, a Domingo Cavallo y a Amado Boudou. A Gorini le atribuyeron haber estado el viernes pasado en Cavia y Figueroa Alcorta, un edificio por donde suelen pasar, de manera transitoria, quienes luego van a parar a prisiones comunes. Supuestamente, para ver si estaba en condiciones de ser alojada la exvice. Es mentira. A esa hora estaba en Comodoro Py, trabajando como de costumbre.
A Gorini, desde que condenó a Cristina Kirchner, lo amenazaron más de una vez, y le intrusaron su oficina. Gorini es el juez que, junto a Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu, tuvo que escuchar, impávido, el intenso y retorcido alegato de Cristina de diciembre de 2019.
No importa cómo te la quieran vender
Desde que la causa Vialidad se inició, pasó por más de 20 funcionarios judiciales, entre jueces y fiscales. Y la mayoría de ellos fueron designados por Néstor Kirchner y la misma Cristina. Sin embargo, todos siempre fallaron en contra.
El primer juez que tramitó la causa es Julián Ercolini, y los fiscales que la investigaron, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques. Ercolini la consideró jefa de una asociación ilícita que defraudó al Estado, y la procesó. El procesamiento fue ratificado por los jueces de la Cámara Federal porteña Leopoldo Bruglia y Jorge Ballestero.
Así Vialidad llegó al tribunal Oral de Basso, Gorini y Giménez Uriburu, quienes, después de dos años y medio, consideraron a Cristina Kirchner, junto a otros 15 acusados, culpable de haberle robado al Estado. En esa instancia se destacaron los fiscales Sergio Mola y Diego Luciani.
Luciani terminó su alegato con una sentencia que cada día tiene más valor: “Es corrupción o es justicia”. Pero Luciani hizo algo más. Denunció que Cristina y el hombre de los bolsos con 9 millones de dólares, José Francisco López, se reunieron en secreto, antes del cambio de gobierno, en 2015, para analizar los detalles del plan “Limpiemos Todo”. Plan que incluía pagarle por adelantado a Austral para después desmantelar la empresa.
Nunca me dejará de sorprender lo suficiente, la imagen de cómo Báez abandonó a la empresa y sus trabajadores, como parte de ese operativo “limpiemos todo”. De hecho, todavía me sigue impresionando, el dron que en su momento, usó Telenoche para mostrar el abandono. Pero además, Luciani dio detalles de cómo Lázaro Báez había acumulado su fortuna mal habida. De cómo había arrancado como cajero de banco y había terminado como el principal terrateniente de la Patagonia.
Por eso es tan importante separar la paja del trigo
Entender, por ejemplo, que el estado de conmoción que quiso generar ayer el payaso de Juan Grabois tomando el Instituto General Perón es puro humo. Y También sería parte de una escalada para vendernos que Cristina está proscripta y que hay que salir a defenderla en la calle.
Por eso es importante refutar la mentira de que a ella la persiguen porque desendeudó a la Argentina. Porque, para empezar, ella, Alberto Fernández y Sergio Massa dejaron al país con una deuda de mas de 425 mil millones de dólares.
Aunque Cristina ahora nos quiera hacer creer que ella no se siente responsable por lo que hizo Alberto. Que lo de su títere no fue la presidencia, sino una “aventura personal”.
- ¿Será este un problema para Kicillof, porque Cristina lo acusará de lanzarse a otra aventura personal, mientras ella permanece detenida?
- ¿Será este un problema para Milei o la Libertad Avanza, porque descontaban que a Cristina les sería más fácil derrotarla, dado el altísimo rechazo social que despierta la expresidente?
A todos nosotros nos debería tener sin cuidado, si queremos construir un país fuerte de verdad, donde no reine la impunidad y los chorros cumplan su condena.